Alessa y Emily han sido mejores amigas toda la vida, se conocen desde los 5 años, cuando estaban en prescolar. Aunque a veces no están en la misma página en ciertos temas, siempre saben cuándo ceder para poder llegar a un punto medio.

 

Por Maria Cano Fotografía Federico Galbraith

Alessa Arias Eleta (35) y Emily Ann Cohen Brown (35) son las propietarias de la tienda HUMANA SHOP, un espacio en donde se puede encontrar desde ropa, zapatos,y accesorios, hasta elementos de decoración, velas y fórmulas de cuidado de la piel. Cada producto es cuidadosamente escogido por estas chicas para ofrecer una propuesta diferente, divertida y, por supuesto, muy especial.

Ambas han sido mejores amigas toda la vida: “nos conocemos literalmente desde los 5 años; estuvimos en la misma escuela desde Kinder”, nos comenta Alessa, a quien entrevistamos para conocer un poco más de este emprendimiento.

¿Cómo es la relación entre ustedes?
Creo que nuestra relación es bastante similar a una relación de hermanas. Hemos vivido tantas etapas de nuestras vidas juntas, desde nuestra adolescencia hasta la maternidad. Pero obviamente, como cualquier relación de hermanos, a veces no estamos en la misma página en ciertos temas, pero siempre sabemos cuándo ceder para poder llegar a un punto medio.

¿Como llegaron a ser socias?
En el año 2012 estábamos en una reunión de amigas en la playa y después de unos vinitos nos pusimos a conversar de los clásicos temas existenciales.

Teresa Carrizo, quién es una de nuestras mejores amigas y ex-socia de la tienda, empezó a hablar lo difícil que era encontrar moda cool en Panamá. En ese momento solo había un par de boutiques que ofrecían una propuesta diferente. Y en ese instante, nació la idea de abrir lo que se convertiría en UBER SHOP. Inicialmente queríamos enfocarnos en traer únicamente zapatos, así que hicimos nuestras maletas y nos fuimos a varios shows de zapatos en Los Angeles. Pero apenas abrimos a la tienda, nos dimos cuenta de que la ropa jugaría un papel mucho más importante, así que ajustamos nuestro plan de negocio y el resto es historia.

¿En qué SIEMPRE se ponen de acuerdo? ¿Y en qué no?
Las dos compartimos la misma visión. Siempre hemos tenido valores familiares y profesionales muy similares, lo cual nos ha ayudado en el momento de tomar decisiones.

Para nosotras lo más importante es que nuestra carrera sea una evolución continua: “Es la travesía, no el destino”.

En algo que NUNCA estamos de acuerdo es en lo que vamos a almorzar (ja ja ¡mentira!) Pero en realidad, aunque suene cliché, siempre encontramos un punto medio. Normalmente Emily tiende a ser mucho más arriesgada y yo tiendo a ser más conservadora.
En cuanto a moda se refiere, siempre estamos de acuerdo en que los pantalones deben ir a la cintura y en bajarle dos a las ruchas.

¿Cuál crees que es la clave para seguir llevando con éxito su negocio?
Desde el inicio teníamos bien claro que nuestra amistad iba por encima del negocio. Nunca dejamos que lo profesional afectara la amistad. Procuramos darnos nuestro espacio si alguna lo necesita y ser compasivas cuando una no está teniendo un buen día. Y en gran parte eso ha sido la clave del éxito de nuestro negocio. Cuando hay que ponernos serias y trabajar duro, lo hacemos, pero siempre divirtiéndonos en el camino.

Nos podrían hablar de su gusto por la moda ¿cómo nació y cómo fue evolucionando?
Emily: Siendo totalmente honesta, nunca pensé mucho en la moda como tal. Recuerdo que desde pequeña me gustaba vestirme diferente y era muy específica con lo que escogía. Hasta recuerdo a los 9 años mandar a hacer mi vestido de primera comunión porque no quería que pareciera un “chachai” bombacho lleno de tul.
Durante la universidad disfrutaba comprar ropa económica para alterarla. Cortaba camisas para hacer de ellas vests, siempre ajustaba con hilo y aguja cualquier cosa para que me quedara mejor. Los vestidos me favorecían más cortos así que los hacía mini y los usaba con shorts debajo, toda pieza tenía que ir ceñida en la cintura, etc… Como soy de estatura baja, jamás me entallaba bien la ropa. Lo que empezó siendo algo que hacía por necesidad, terminó siendo un hobby que disfrutaba. De todos modos, no lo veía como moda, simplemente era una manera de expresarme. De adulta, creo que sigo vistiéndome como pelaíta, posiblemente más pulida, pero esa parte de mí ha cambiado muy poco. Me gusta vestirme para sentirme bien conmigo y soy fiel creyente de que mientras más me divierta, más feliz seré.

Alessa: Aunque no me puedo llamar una apasionada por la moda, este tema siempre ha estado muy presente en mi vida. A mi mamá siempre le ha encantado jugar con la ropa y tomar riesgos. Desde muy pequeñas siempre nos inculcó la importancia de ser nosotras mismas y de encontrar nuestro propio estilo.
Gracias a ella siempre me gustó buscar piezas especiales que reflejaran la “Alessa” de ese momento. Como todo en la vida, mi estilo personal ha ido evolucionando. Pasé por todas las etapas, desde los baggy pants y chokers de cadenas, hasta los tubos y microfaldas.Pero realmente en mis 30 hubo un cambio de 180 grados en la manera en que veía la moda. Aprendí a dejarme llevar por lo que a mi niña interior le gustaría usar. Aprendí que no tengo que encasillar mi manera de vestir en un set de adjetivos y que, para verme sexy y/o elegante, no tenía que estar mega producida.

Me pongo lo que me guste y me haga feliz en ese momento. Hoy por hoy considero que mi manera de vestir es bastante relajada y street. Me encantan las zapatillas y crop tops y solo cuento con dos pares de tacones altos en mi closet.

¿Qué estudiaron?
Alessa: Estudié Relaciones Públicas y Criminología. Luego hice mi maestría en Publicidad y Relaciones Públicas.

Emily: Estudié Diseño y Arquitectura Bioclimática.

¿Cómo se reparten las responsabilidades en la tienda?
Tenemos muy buena comunicación y lo que hace una lo sabe la otra. Pero es necesario separarnos del trabajo porque, si no lo hacemos, se vuelve difícil de manejar. Yo me encargo de las redes sociales, ejecutar las compras y monitorear la logística de las importaciones. Emily se enfoca en las finanzas e inventario, la programación de la página web y la administración general del local comercial.

¿Cómo se mantienen al tanto de las tendencias o novedades para poder ofrecer productos diferentes?
La verdad es que no somos fervientes seguidoras de las tendencias. Siempre compramos pensando en nuestro cliente ideal, pero sin dejar de lado nuestros gustos personales. Cada pieza que forma parte de la tienda cumple un propósito y razón de ser.

Todas las marcas están alienadas con los valores, estándares de calidad y esencia de la tienda.
Actualmente contamos con marcas de lugares como Australia, Estados Unidos, Londres, España, entre otros. No tratamos de cerrarnos a un solo tipo de mercado o estilo, nos encanta traer piezas que no puedas encontrar localmente y que, con solo verlas, te emocionen.

Para nosotras HUMANA es más que una boutique, es un estilo de vida.

¿Qué ha sido lo más retador en el tiempo que llevan como propietarias de esta tienda?
Lo más retador ha sido delegar. Hasta el del día de hoy, ambas hacemos casi el 90% de todo el backoffice de la tienda, desde las finanzas hasta el mercadeo. Pero nos hemos puesto como meta crecer nuestro equipo de trabajo para así poder tener más tiempo de dedicarnos a crear nuestra marca HUMANA STUDIO.

¿Qué satisfacciones nos pueden compartir de su experiencia como emprendedoras?
Nos sentirnos capaces de crear y crecer un negocio que estaba tan lejos de nuestras experiencias y seguir disfrutándolo día a día nos da gran satisfacción personal. Sin embargo, más que eso, ver que el trabajo que hacemos impacta de manera positiva a las clientes que nos visitan y que, de alguna manera, las acompañamos en momentos especiales de sus vidas, es aún más gratificante.