Por Daniel Domínguez Z.  Fotografías Federico Galbraith

 

Atheyna Bylon es una campeona en toda regla y una leyenda deportiva regional, pero ella no anda de diva por la vida cuando recibe a la revista agenda en Legends by Panamá KO, centro de deportes y recreación ubicado en la Plaza New York.

Ella no espera, ni quiere, que el mundo se incline ante su presencia, aunque ser la primera mujer panameña en obtener una medalla olímpica, ser la primera istmeña en lograr esa hazaña en la disciplina de boxeo y apenas ser el tercer istmeño en triunfar en una gesta olímpica (tras Lloyd LaBeach, dos de bronce, en Londres 1948 e Irving Saladino una de oro en Pekín 2008), bien merece que sea reverenciada.

Atheyna (Belisario Frías, San Miguelito, 6 de abril de 1989) transpira autenticidad y seguridad. Saluda a todos con una sonrisa por delante. Tiene en todo momento un excelente sentido del humor y su actitud es la de un ser humano accesible, humilde y sencillo. 

Se nota a leguas que ganar la medalla de plata en el boxeo femenino en la categoría de 75 kilos en los Juegos Olímpicos de París 2024 no se le ha subido a la cabeza.

Aunque destacar en la capital francesa fue el resultado de éxitos en otras competiciones: en los Juegos Deportivos Centroamericanos en San José (Costa Rica, 2013), Campeonato Centroamericano en Managua (Nicaragua, 2013), Copa Independencia en Santiago de los Caballeros (República Dominicana, 2014) y Campeonato Centroamericano en San José (Costa Rica, 2014), entre otros.

¿Quién es Atheyna?

Una joven decidida. Alguien que le gusta hacer las cosas bien. Que le gusta trabajar con las garras. Que cuando se propone algo, gracias a Dios, lo logra.

¿Cómo se siente ser parte de la historia deportiva de Panamá? 

Es emocionante. Confirma que todo sacrificio vale la pena. Comprueba que si al final del día tú te sacrificas y eres disciplinada se pueden lograr todos los objetivos. Si luchas mucho puedes lograr lo que sea. Estar en la historia es algo bien grande.

¿Qué representa para ti ser la primera mujer panameña en ganar una medalla olímpica?

La verdad es que estaba tan enfocada en los entrenamientos, en los combates y en traerle una medalla a Panamá que no pensé mucho en eso. No lo había analizado de esa manera hasta que me lo hicieron notar y quedé: ‘wao, estoy haciendo historia’. ¡Que hay negrita para rato! (ríe). 

¿Qué aprendizaje te dejó participar de los Juegos Olímpicos de París?

Que todos los sacrificios traen consigo sus recompensas. París fue la competencia donde más me sacrifiqué. Me decía a mí misma: ‘espero que valga la pena’ y así fue.

¿Cómo veías las Olimpiadas de París antes de participar y luego de ganar la medalla de plata?

Siempre la vi igual: quería traerle una medalla a Panamá. Antes de la Olimpiada estaba bien enfocada en lo que quería lograr, y cuando terminó fue la felicidad de que le cumplí a Panamá. 

Fuera de recibir la presea de plata, ¿qué otros recuerdos bonitos tienes de la Olimpiada de París?

Que me dejó grandes amistades. Que se dio una bonita historia con la medalla para nuestro país.

¿Cuáles han sido los principales sacrificios que has tenido que hacer para lograr tus objetivos deportivos?

Definitivamente el sacrificio más difícil es estar lejos de la familia. Cuando tienes que entrenar, cuando tienes que competir fuera de Panamá te pierdes los cumpleaños y todas las celebraciones de tus seres queridos. La alimentación es otro sacrificio permanente.

Sobre la comida, ¿qué te gusta comer? 

Más que todo se trata de cuidar lo que comemos. De comprender la importancia de comer alimentos sanos. Yo gracias a Dios no tengo sobrepeso, pero procuro comer siempre bien sano, en especial cuando estoy entrenando para una competencia. 

¿Sigues alguna dieta?

No suelo hacer ningún tipo de dieta. Tampoco paso hambre para bajar o mantener el peso. Ninguna de las dos es recomendable porque le exiges a tu cuerpo que rinda al máximo y si haces dietas y no comes no tendrás la fuerza y la energía necesaria para entrenar y luego combatir.

¿Qué no te gusta comer tanto?

Hay que evitar la comida chatarra y controlar comer tantos dulces.

¿Cómo es un día en tu vida cuando te estás preparando para una pelea?

Me levanto a la 5 de la mañana. A las 6 de la mañana comienzo con los entrenamientos. Le dedico dos horas y media a entrenar. Después hago algo de terapia y algo de recuperamiento físico, luego descanso, trabajo, atiendo la casa y a mi esposo, y luego vuelvo a entrenar otras dos horas y media más.

¿Qué te gusta hacer cuando no estás entrenando?

Tengo una mini finquita, donde tengo animales de todas las razas, sabores y colores (ríe). Esa es mi distracción. También paso el mayor tiempo posible con mi familia. 

¿Cómo combinas la casa, la familia, el trabajo y el boxeo?

Es difícil organizarme, siempre trato de buscar el tiempo para compartir con mis seres queridos porque el boxeo es bonito, pero te roba mucho tiempo. Manejo lo mejor posible mis horarios.

¿Cómo se te ocurrió la idea de las extensiones?

Las tengo durante toda mi carrera boxística. Siempre trato de tener trenzas de diferentes colores (ríe).

Vemos que ahora utilizas más tus redes para conectar con tu audiencia, cuéntanos sobre esto…

Fue el cariño de la gente que veían el trabajo que estaba haciendo la que me impulsó a meterle más ganas a las redes sociales. Lo hice porque siento que hay gente que quiere saber más de mí.

¿Dónde naciste y te criaste? 

Nací en el distrito de San Miguelito. Me crié en el sector de Torrijos Carter hasta los 14 años y el resto en Tocumen hasta la actualidad.

¿Cómo te enamoraste del boxeo?

Fue a través de la Policía Nacional. A los 24 años me motivaron unos compañeros a participar en un evento interno deportivo que se hace en la Policía Nacional. En esa actividad participé en el boxeo y me gustó.

 

¿Qué te ha enseñado el boxeo?

A tener mucha disciplina. Que debo entrenar muy fuerte si quiero conseguir buenos resultados. Que todo lo que te propones lo puedes lograr. Te saca de los vicios, aunque yo no tengo vicios. Saca a la gente de las calles. Aprendes a trabajar en conjunto con otras personas, aunque al final te subas sola al ring.

¿A quiénes admiras dentro del boxeo mundial?

Al que más he admirado es a Roberto Durán (obtuvo cuatro cinturones mundiales en categorías diversas a lo largo de 30 años de carrera profesional) por la gran historia que hizo para Panamá en el mundo. Otro que admiro es a Vasyl Lomachenko (boxeador profesional ucraniano, campeón mundial pluma de la WBO y campeón mundial superpluma, ambas de la Organización Mundial de Boxeo).

¿Qué valor tiene para ti el equipo que te apoya? Puedes mencionar quiénes son y qué hacen por ti.

Por mi equipo es que puedo alcanzar el 100% en el boxeo. Estoy súper agradecida por lo que han hecho por mí el coach, la fisioterapeuta y los miembros de la Federación de Boxeo Olímpico de Panamá (Fedebop). Sin ese equipo de trabajo no hubiera podido lograr nada: Gustavo Caicedo (entrenador, preparador físico y Capitán de la Policía Nacional), Tomás Cianca (miembro del Comité Olímpico de Panamá), Amabelis Camaño (de la Fedebop) y Margarita González (fisioterapeuta), ellos son parte de la medalla olímpica. 

¿Cómo te sentiste con el recibimiento que te dieron en Panamá al regresar con la medalla?

No hay palabras para describir esa emoción. Nunca me esperaba eso. Recibir el calor del pueblo panameño, la alegría de todas esas personas que estuvieron allí en el Parque Urracá y de todos los que desde entonces me ven en la calle y me saludan y me felicitan. Eso de ver a la gente super contenta es lo más grande que he vivido y espero seguir viviéndolo. Es wao saber que he hecho la diferencia, que lo estoy haciendo bien y que quiero seguir adelante. 

¿Cómo te sienta la fama?

Ay, no sé. Yo siento que no hay que enfocarse en la fama. Uno tiene que concentrarse en uno mismo y en vivir el día a día. Espero no cambiar, seguir siendo la misma persona. Mantener la misma mentalidad que tenía antes de la medalla. Tener una visión clara del futuro. 

¿Cuáles son tus planes deportivos ahora mismo?

El ciclo olímpico de Los Ángeles (Estados Unidos) en el año 2028. A trabajar duro para poder clasificar y llegar de nuevo a otros Juegos Olímpicos.

¿Qué le dirías a esas chicas que están empezando en el boxeo?

Que luchen y trabajen por sus sueños. Que siempre se pongan una meta. Que recuerden que el que persevera alcanza. Que no pongan la edad como un límite. Yo comencé a los 25 años y a los 35 años traje una medalla de los Juegos Olímpicos. 

¿Qué mensaje le compartes a las que practican cualquier otro deporte que no sea común para las mujeres como supuestamente es el boxeo?

Que recuerden que las mujeres sí podemos. Que las mujeres ahora somos las que estamos dejando en alto a Panamá. Que todo se puede. Que no desmayen. Que representar y dejar en alto a Panamá es lo mejor que te puede ocurrir en la vida. Les digo que no se dejen. Que las mujeres somos más que los hombres. Que por más que digan que somos el sexo débil, les digo que vean que yo soy más fuerte que los hombres que entrenan al lado mío.

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