A pocos meses de su llegada, el nuevo Porsche Panamera se somete a los últimos tests en Barcelona. Estas pruebas finales se centran en el sistema de propulsión, que incluye un nuevo cambio PDK, y en el nuevo chasis con control activo de la amortiguación.
Los ingenieros comprueban los últimos detalles de la nueva generación del Panamera en las calles y carreteras de la Ciudad Condal. La berlina deportiva está a punto de completar su programa de pruebas, que se ha llevado a cabo en cuatro continentes y ha servido para demostrar sus grandes cualidades. En EE. UU. se comprobó el funcionamiento de los motores en altitudes elevadas, donde hay bajos niveles de oxígeno. También se verificó el sistema de refrigeración del motor y el de climatización en condiciones de calor extremo.


En la región de Escandinavia se realizaron pruebas de conducción con temperaturas muy bajas; en Sudáfrica, el Panamera salió airoso de sus difíciles carreteras; y en Asia, la elevada humedad del ambiente y el tráfico de las ciudades plantearon grandes desafíos. “Probamos intensamente cada vehículo nuevo para satisfacer nuestras exigencias y, por supuesto, las de nuestros clientes en todo el mundo”, afirma Marcel Hönemann, Director de Desarrollo. “El estándar que fijamos se adecúa a los objetivos de desarrollo definidos en las especificaciones. El nuevo Panamera debe destacar, sobre todo, en términos de prestaciones, confort y acústica”.

En Porsche siempre se busca el motor idóneo para lograr las mejores prestaciones. El nuevo Panamera cuenta con una oferta mecánica mejorada, con un claro enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia. La base de todas las variantes E-Hybrid del nuevo Panamera es un nuevo y más potente motor eléctrico, que ahora está completamente integrado en la nueva caja de cambios de doble embrague. Ofrece valores de aceleración y recuperación más elevados que su antecesor, con un peso menor.