Ya la mascarilla forma parte de nuestro outfit.No olvidemos que es de uso obligatorio. Ahora, tenemos que tomar en consideración el tratamiento que le demos, ya que no es un accesorio decorativo, es un implemento de protección sanitaria y, por lo tanto, debes darle el debido cuidado.
Hemos visto que, la mayoría de las personas, cuando necesitan quitarse por un momento la mascarilla, se la dejan colgando en la barbilla. También hay quienes se la cuelgan de la cartera que llevan en el hombro. Otros (más descuidados) se la meten dentro de la cartera sin fijarse dónde o, peor, dentro de un bolsillo de la camisa o del pantalón. El lugar adecuado tampoco es colgarla de un brazo ni en el respaldar de la silla. Y ¡nunca! dejarla sobre la mesa donde comemos.
Quitarse y ponerse la mascarilla puede ser contraproducente ya que puedes esparcir el virus más rápido de tus manos a tu boca.
De acuerdo a los especialistas, la mascarilla se debe guardar en una bolsa de papel que puedas desechar después o en una de tela que puedas lavar con frecuencia. No recomienda utilizar bolsas plásticas (ya sabes, nada de Ziploc) porque la humedad podría causar insalubridad.
Hemos buscado algunas alternativas para que guardes tu mascarilla con seguridad.
Te ofrecemos algunas ideas que pueden ser útiles.
Además, recuerda que cada vez que te la quites debes agarrarla por la parte de los elásticos. Nunca por la parte del frente (la que cubre tu boca y nariz). Siempre que te quites la mascarilla debes lavarte las manos. Y lavártelas nuevamente cuando te pongas la máscara de vuelta.