Montecarlo, su distrito principal, alberga un elegante complejo del casino de la belle époque y el decorado teatro de ópera Salle Garnier. También tiene varios hoteles lujosos, tiendas de moda, clubes nocturnos y restaurantes. Alójese en alguno de los hoteles con certificación ecológica.

Edición: Carl-Fredrik Nordström

 

Mónaco es una pequeña ciudad-estado independiente en la costa mediterránea de Francia, conocida por sus lujosos casinos, la bahía bordeada de yates y la prestigiosa carrera de automovilismo del Gran Premio, que recorre las calles de Mónaco una vez al año. Montecarlo, su distrito principal, alberga un elegante complejo del casino de la belle époque y el decorado teatro de ópera Salle Garnier. También tiene varios hoteles lujosos, tiendas de moda, clubes nocturnos y restaurantes. Alójese en alguno de los hoteles con certificación ecológica. Déjese sorprender por las soluciones de movilidad sostenible que se ponen a su disposición. Descubra los parques, jardines y reservas marinas en pro de la biodiversidad. Disfrute de una experiencia culinaria en uno de los numerosos establecimientos que sirven productos ecológicos, locales y de temporada. «Monaco, comme nulle part ailleurs» («Mónaco, como ningún otro).

Museo Oceanográfico de Mónaco

Construido a un lado de la mítica Roca de Mónaco, el Museo Oceanográfico, creado por el príncipe Alberto I, tatarabuelo de S.A.S. el príncipe Alberto II de Mónaco –  lleva más de un siglo velando por los océanos. Con un saber hacer reconocido, el Museo posee más de seis mil especies marinas. Desde la decoración de las fachadas a la de las salas, toda la arquitectura del Museo evoca el mundo marino. Desde su inauguración, el 29 de marzo de 1910, este templo del Mar, con 6,500 metros cuadrados abiertos al público, se erige como referencia internacional para dar a conocer, enseñar a querer y proteger los océanos.

Los Acuarios

Las profundidades marinas del Trópico: la zona tropical desvela la agitada vida de los arrecifes coralinos, con fascinantes formas y colores. Acercarse a los tiburones y a las pirañas, observar los peces payaso, descubrir al terrible pez piedra con sus aguijones mortales, o admirar el atractivo pez caja o a los extraños caballitos marinos. En el fondo del Mediterráneo: más de doscientos tipos de invertebrados de la cuenca mediterránea, un mar lleno de tesoros insospechados. Sorprende descubrir la inteligencia del pulpo, las inquietantes morenas o admirar la danza sosegada de las medusas.

El Museo

Sala de la Ballena y Sala Alberto I: un viaje para descubrir la oceanografía a través de numerosas especies disecadas, fotografías y documentos de archivos, maquetas, esqueletos de mamíferos marinos… 

Oceanomanía: el gabinete de curiosidades más grande del mundo marino, obra del artista Mark Dion. Más de mil objetos procedentes de las colecciones del Museo Oceanográfico expuestas en ciento ochenta metros cuadrados: fósiles, objetos imposibles, escafandras, libros de gran valor…

Marino y precursor de la oceanografía, atraído por los viajes y las ciencias desde su juventud, el príncipe Alberto I dirigió veintiocho campañas científicas, dedicando gran parte de su vida a estudiar los océanos. Para dar a conocer la oceanografía, ciencia que empezaba a nacer a principios del siglo XX, decidió dedicarle una fundación, el Instituto Oceanográfico. Creado en 1906, esta fundación reconocida de utilidad pública se apoya en dos espacios: el Museo Oceanográfico de Mónaco y la Casa de los Océanos de París. A bordo de navíos cada vez más perfectos (el “Hirondelle”, el “Princesa Alicia”, el “Princesa Alicia II” y el “Hirondelle II”), este príncipe visionario recorrió el Mediterráneo, llegó hasta las Azores y se aventuró a viajar al Ártico en el “Spitzberg”.

Parques y jardines

Montecarlo es el distrito emblemático de Mónaco. Incluye, entre otros, la conocida Plaza del Casino, el Boulevard des Moulins y la iglesia de San Carlos, además del circuito de Fórmula 1 y hermosos jardines.

Aunque la rosaleda Princesse Grace y el Jardín Exótico figuren entre los más conocidos, el Principado cuenta con numerosos parques y jardines. Gestionados de manera eco-responsable, todos tienen su particularidad y nos transmiten una atmósfera muy diferente. Y como los espacios verdes ocupan el 20 % de su territorio, ¡qué mejor que adentrarse en ellos para disfrutar de una pausa que nunca olvidará!

El jardín de la UNESCO

Con vistas al barrio y al puerto de Fontvieille, el Jardín de la UNESCO representa un armonioso equilibrio entre naturaleza y cultura. El jardín es una auténtica exposición al aire libre, en la que numerosas obras de arte contemporáneo están enmarcadas por parterres de flores, lo que contribuye a la belleza y serenidad del entorno. Entre las más destacadas se encuentran «Et le septième jour», de Alessandro Montalbano (1995); «Grande baigneuse accroupie», de Antoine Bourdelle; y «Grand Ours», de F.X. Lalanne (1992). ¡Y muchas más obras por descubrir! 

Estas obras forman parte del Chemin des Sculptures Rainier III, con algo más de 200 esculturas situadas en distintos puntos del Principado. Este espacio verde, sembrado de especies mediterráneas, ofrece magníficas vistas del Palacio Principesco, que se erige sobre el Rocher.

Los distritos

Emprenda la conquista de la Ciudad de los Príncipes y déjese seducir por sus tesoros. Desde el casco antiguo, un verdadero museo al aire libre encaramado en la famosa Roca, hasta el nuevo barrio costero de Larvotto que termina en el mar, pasando por la efervescente Plaza del Casino, única en el mundo, descubra la historia de los Grimaldi y viva la magia del Principado de Mónaco.

Centro de Mónaco, La Roca

Centro histórico e institucional del Principado, caracterizado por su fortaleza, que domina la ciudad sobre la Roca. Al llegar al Principado, lo que más llaman la atención son La Roca y la fortaleza. El itinerario más habitual es dar paseo a la Place du Palais, donde todos los días a las 11:55 en punto tiene lugar el cambio de la Guardia de Carabinieri.

Ante nosotros se alza  el Palacio del Príncipe,  construido en el siglo XIII y remodelado más adelante durante el Renacimiento. Guardián de una tradición centenaria, con su galería italiana y sus frescos del siglo XVI, el Palacio descubre a los visitantes parte de su esplendor tras las importantes renovaciones realizadas en el verano de 2022.

En las inmediaciones de los jardines de San Martín, descubrirá la imponente Catedral de Mónaco, donde la Princesa Grace Kelly y el Príncipe Rainiero III se dieron el “SÍ” y ahora descansan en paz en la cripta del edificio. Muy cerca se encuentra el Palacio de Justicia de Mónaco. Continúe su viaje a lo largo de Jardins Saint Martin, frente al Museo Oceanográfico, una de las maravillas arquitectónicas del Principado. Construido en 1910  durante el reinado de S.A.S. el Príncipe Alberto I, este instituto oceanográfico también llamado “Templo del Mar” fue dirigido durante mucho tiempo por el Comandante Cousteau. Dedicado a la investigación submarina, el museo cuenta con el arrecife de coral más grande del mundo: 400 metros cúbicos de agua, tiburones martillo, majestuosas rayas frente a un arrecife de coral poblado por multitud de peces tropicales y corales vivos, (entre otros el tiburón laguna, único en el mundo). Últimas novedades: un estanque de tortugas construido en 2019 y una sala interactiva de 360° para una inmersión total en el mundo marino.

Fontvieille, un distrito polifacético.

Fontvieille, un distrito ganado al mar, se distingue por su diversidad. Para trabajar o a descansar, Fontvieille se adapta a todas las necesidades. 

Es el distrito más reciente y más occidental del Principado. Rodeado de mar, tiene un pequeño puerto muy agradable para caminar a la hora de la comida o después de cenar. Los barcos y restaurantes instalados a lo largo de los muelles se suceden frente a los acantilados de La Roca. Abundan los locales con distintas ofertas para los amantes de la gastronomía. Descubra el auténtico Mónaco y conozca a sus gentes en el mercado de La Condamine, instalado en el corazón de la Place d’Armes. Cada mañana, esta plaza se viste con puestos de frutas, verduras y flores frescas de delicado perfume, rodeados de arcadas que ofrecen espacios a la sombra en los que podrá disfrutar de un café o un bocado mientras lee el periódico. 

Por último, visite la reciente exposición que alberga la colección de automóviles de S. A. S. el Príncipe de Mónaco, inaugurada el 8 de julio del 2022, en la que dará un salto en el tiempo para revivir los momentos más destacados de la historia de la Familia Principesca.

Las playas

Una jornada en el Principado sabrá recargarle la energía en cuestión de segundos. Nadie duda ya de las virtudes del mar. Disfrute igualmente de un sinfín de actividades náuticas, como el submarinismo, el buceo, la moto acuática, el kitesurf, la vela y muchos más.

Es maravillosa la playa de Larvotto, situada junto a la Avenue Princesse Grace. Este complejo balneario, recién rediseñado y renovado, acoge a grandes y pequeños con su paseo al abrigo del sol y su playa. Los monegascos y turistas podrán disfrutar del mar y darse un refrescante baño bajo el cielo azul. Los amantes del dolce far niente pueden relajarse en una de las cuatro playas privadas: “La Rose des Vents”, “Neptune, “La Note Bleue” o “Miami”, o tomarse un helado a la sombra de un pino en el restaurante “Mullot”.

En Mónaco también encontramos otros dos lugares para darse un chapuzón. El primero, en la parte baja de la Roca. Se trata de una pequeña cala secreta y poco frecuentada conocida como « La cala de los Pescadores ».  Estrecha y cubierta de gravilla, solo recibe visitas de unos pocos entendidos en busca de tranquilidad. También se baja para disfrutar de las olas pegando contra los guijarros. Cuidado, el acceso está prohibido y es muy peligroso con el mar muy picado. El segundo lugar es algo original. Se trata de un dique dispuesto en la playa a la altura del puerto Hercule. « La playa del Solarium » es una zona de baño artificial situada al pie del Fuerte Antoine. Es una playa sin vigilancia y, por motivos de seguridad, está prohibido bañarse con el mar muy picado. Cuidado, es una zona profunda, los bañistas no disponen de ningún punto de apoyo en el fondo. Reservado, por lo tanto, para los nadadores experimentados únicamente.

Nuestro Agradecimiento: