Su objetivo: los derechos humanos
El derecho a la no discriminación debe ser un principio aplicable a todas las personas, sin importar su género, edad, nivel educativo u origen étnico.
Por Lucía Domínguez Fotografías Federico Galbraith
Trabajando en la Organización de los Estados Americanos, Iván Chanis Barahona inició su defensa por los derechos de pueblos indígenas, personas con discapacidad y afrodescendientes. Después trabajó en temas relacionados con adultos mayores, “a los que he dedicado tanto mi vida profesional como personal”. Después de diez años viviendo fuera de Panamá empieza a abordar los derechos de las personas LGBTIQ+, específicamente en relación con el matrimonio civil para parejas del mismo sexo.
“Es interesante notar que, debido a mi asociación con este tema, muchas personas asumen que estoy casado y que mi interés es personal, cuando no lo estoy. Mi enfoque se basa en la universalidad y transversalidad de los derechos humanos”, nos manifiesta este activista.
Iván explica que “para que una persona goce de sus derechos, es fundamental garantizar el respeto de todos los demás. El derecho a la no discriminación debe ser un principio aplicable a todas las personas, sin importar su género, edad, nivel educativo u origen étnico”.
Añade que “la orientación sexual no puede ser una razón para excluir a alguien del acceso a instituciones civiles, como el matrimonio. Este asunto no se reduce a cuestiones dogmáticas o religiosas; se trata de un tema civil. No podemos hablar de democracia si algunas personas tienen derechos y otras no disfrutan de las mismas libertades”.
¿Por qué decidiste abanderar esta causa?
El universo me guió hacia ella. Estaba viviendo tranquilamente en Washington cuando Enrique Jelenszky, quien estaba considerando demandar al Estado por el reconocimiento de su matrimonio, me invitó a un happy hour para conocernos. Desde el primer momento, conectamos; ambos somos yoguis y compartimos un profundo interés por la meditación. A través de un intercambio de preguntas, Enrique puso a prueba mis conocimientos sobre el derecho interamericano de derechos humanos, un aspecto que, en su opinión, le faltaba para respaldar esta larga pero honorable batalla.
¿Cómo hacerle ver a quienes se oponen al matrimonio igualitario que no es solo un tema de pareja sino que trasciende violando derechos humanos inherentes a todo ser humano?
Es fundamental que todos en Panamá comprendan que no se debe discriminar a una pareja de mujeres lesbianas que desea casarse. Actualmente, el Estado utiliza la orientación sexual como excusa para negarles la igualdad y el acceso a un derecho civil tan importante como el matrimonio. Mañana, esta discriminación podría extenderse a otros ámbitos, como el acceso a espacios públicos, dependiendo de la condición socioeconómica de una persona o incluso impedir que dos personas se casen por tener orígenes étnicos diferentes. Legalizar la discriminación es extremadamente peligroso; empobrece a la sociedad, genera violencia, separa familias y proyecta una imagen negativa de nuestro país a nivel internacional.
Después de la sentencia de la Corte Suprema declarando la constitucionalidad de las normas del código de familia y del código de derecho internacional privado que limitan los matrimonios civiles solamente aquellos conformados por personas de sexo opuesto, ¿qué oportunidades ves en la lucha por el reconocimiento de este derecho en Panamá?
La sentencia de la Corte no puede borrar la existencia de las parejas del mismo sexo, sus familias y sus vidas. Estas personas no pueden ser privadas, por ejemplo, del acceso a la seguridad social para su pareja, de la posibilidad de declarar ingresos de manera conjunta, del derecho de sus hijos a tener dos acudientes o de la entrada al cuarto de emergencia de su pareja. Son realidades humanas que ninguna sociedad puede ignorar, pues hacerlo es antiético e inhumano.
Existen muchas oportunidades para avanzar. No hay nada que impida a la Asamblea Nacional derogar las normas del código de familia que prohíben el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Asimismo, los ministros de Estado pueden desarrollar políticas públicas que reconozcan la existencia y necesidades de las personas LGBTIQ+. No hay razón para que en los espacios de salud no se trate a todas las personas con dignidad, sin importar si son hombres gais o mujeres trans. Tampoco hay justificación para que los funcionarios de migración no acepten formularios conjuntos de parejas de hombres en sus setentas que han construido una vida juntos, obligándolos a ingresar al país como desconocidos.
Todo se reduce a la voluntad política, la ética y el respeto a los derechos humanos. A los tomadores de decisiones: anímense y ayúdennos.
En América Latina son ocho los países que reconocen el matrimonio igualitario, entre esos Costa Rica, Colombia, Argentina y Chile, son países grandes, referentes en el continente, ¿podríamos afirmar que es una tendencia en lo que a derechos humanos se refiere? Podríamos reflexionar sobre la necesidad de que nuestro Estado se modernice en ese aspecto…
Sin duda, es una tendencia. A esto se suman Brasil y México, dos gigantes; además, Cuba, Puerto Rico y Bolivia reconocen uniones civiles. ¿No se nota la tendencia? Desde los países del sur y del norte, de habla hispana e inglesa, hasta el Caribe y Suramérica, el matrimonio igualitario ya es tan común que no es noticia en Canadá, Estados Unidos y Europa. La pregunta es: ¿a qué tipo de sociedad queremos parecer? ¿A una desarrollada que celebra la igualdad, o a una atrasada que perpetúa diferencias de clase, género y orientación sexual?
Hay una necesidad urgente de que Panamá se modernice en esta y otras áreas sociales. En un mundo donde enfrentamos problemas profundos como el cambio climático, el crimen cibernético, las consecuencias de la inteligencia artificial, las guerras y los regímenes antidemocráticos, es crucial enfocar nuestros recursos y energías en prepararnos para estos retos, que cada vez son más demandantes y reales. Si no te afecta que dos personas que se aman vivan juntas y puedan recibir la misma protección que otras parejas, ¿por qué no incluirlas socialmente para que puedan aportar desde sus capacidades individuales, profesionales y colectivas para enfrentar esos desafíos?
También enfrentamos el reto de recuperar nuestra historia. El nacimiento de nuestra Nación fue moderno, no conservador. Fuimos determinantes en la creación de las Naciones Unidas y hemos sido históricamente un lugar de paso y encuentro. No aceptaré que mi identidad sea una que deje a algunos atrás; más bien, quiero una que incluya y celebre la diversidad que nos hace únicos.
¿Cómo surge la idea del juego “Hablemos”?
La idea del juego “Hablemos” fue concebida por el equipo de BBDO, la agencia que nos ha acompañado desde la conceptualización de la campaña y que colabora con nosotros de manera pro bono. Su director creativo, Loannis Kalormakis, junto a un talentoso equipo formado por Argelis Barahona, Misael Caballero y su Gerente General, Nafkman Valdés, nos presentaron esta nueva versión, de la cual nos enamoramos de inmediato.
Basándose en las experiencias vividas en 2020, 2021 y 2023, los expertos de BBDO observaron que las personas en Panamá responden positivamente a la invitación al diálogo, incluso cuando tienen reservas sobre los temas en discusión. Así, decidieron trasladar esas dinámicas de comunicación a un juego. Aunque este concepto ha sido utilizado en otros contextos, lo adaptaron al entorno tropical de Panamá y a la necesaria conversación sobre el matrimonio civil entre parejas del mismo sexo. El juego invita a “echar cuentos”, reflejando la disposición natural de los panameños a dialogar, comprenderse y construir un futuro común.
Esta campaña no sería posible sin el apoyo de la agencia de comunicaciones LLYC, que, junto a BBDO, nos ha acompañado desde el principio. También agradecemos a empresas como Diageo, EY y otros socios estratégicos comprometidos con la difusión de nuestra buena noticia. Ante la inacción del gobierno, la empresa privada ha demostrado su compromiso con la responsabilidad social y su capacidad transformadora en las comunidades donde su apoyo marca la diferencia, colaborando con fundaciones como la nuestra.
Desde Fundación Iguales agradecemos profundamente el aporte de estas empresas y de numerosos donantes individuales que creen en nuestra misión y objetivos. Si compartes nuestra visión, te invitamos a apoyarnos con una donación; por pequeña que sea, cada contribución nos ayuda a continuar con esta y otras iniciativas.
¿Qué expectativas tienen con este juego?
Esperamos que al participar en “Hablemos”, las personas experimenten la cercanía que surge al reconocer la humanidad en los demás. Queremos que más personas comprendan que las personas diversas comparten las mismas aspiraciones, preocupaciones y sueños que cualquier otra. De esta manera, buscamos fomentar una nueva perspectiva sobre cómo podemos contribuir a que nuestra vecina, nuestro compañero de trabajo o nuestro sobrino tenga una vida digna y libre de cualquier forma de exclusión.
¿Dónde se puede conseguir este juego?
Estamos en proceso de definirlo, pero puedo adelantar que planeamos llevarlo de tour por diferentes partes de la ciudad y del país. ¿Quizás sea el regalo perfecto para las fiestas de fin de año?
Para más información te invito visites:
www.siaceptopanama.com, así como nuestras redes sociales como Instagram, Facebook y X.
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