Desde septiembre hasta mayo, podrás disfrutar de un clima agradable, con días cálidos y noches frescas, perfecto para explorar todos los rincones de la ciudad sin sentirte agobiado por el calor del verano. Especialmente en otoño (septiembre a noviembre) y primavera (marzo a mayo), la temperatura es perfecta.
Edición: Carl-Fredrik Nordström
Embárcate en una aventura única a Marrakech – Marruecos, una ciudad llena de exotismo y maravillas que te transportará a un mundo de colores, sabores y aromas inolvidables. Para aprovechar al máximo tu visita, la elección de la época del año es crucial.
La temporada ideal para descubrir Marrakech en su plenitud es durante los meses más templados, cuando las temperaturas son suaves y agradables. Desde septiembre hasta mayo, podrás disfrutar de un clima agradable, con días cálidos y noches frescas, perfecto para explorar todos los rincones de la ciudad sin sentirte agobiado por el calor del verano. Especialmente en otoño (septiembre a noviembre) y primavera (marzo a mayo), la temperatura es perfecta para pasear por los estrechos callejones de la Medina, descubrir los jardines y palacios, y sumergirte en la cultura y la historia de Marrakech.
Además, si buscas una experiencia aún más emocionante, el principal festival cultural de la ciudad tiene lugar a principios de junio. Este festival, conocido como el “Festival de la Cultura Popular de Marrakech“, es un evento vibrante que celebra la riqueza cultural de la ciudad y sus alrededores. Durante este tiempo, las calles se llenan de música, danza, arte y actividades culturales, brindándote una oportunidad única para sumergirte en la auténtica atmósfera marroquí. Ser testigo de las celebraciones y participar en las tradiciones locales durante el festival es una experiencia inolvidable que te permitirá descubrir la verdadera esencia de Marrakech.
Es una ciudad que se puede recorrer principalmente a pie, ya que sus principales atracciones se encuentran en el interior de la Medina o ciudad antigua, la cual es fácilmente accesible caminando y en gran parte prohibida a la circulación de vehículos motorizados. Sin embargo, debido a la complejidad de su urbanismo, es imprescindible contar con un plano detallado de la Medina, el cual se puede obtener en el hotel. La ciudad nueva, construida en el siglo XIX durante el protectorado francés, está a una distancia de aproximadamente 30 minutos a pie de la Medina. Si deseas desplazarte por la ciudad nueva, tienes varias opciones.
Esta ciudad mágica y vibrante tiene tanto para ofrecer que incluso en un solo día podrás descubrir lo imprescindible. Sin embargo, te recomendamos dedicar al menos 2 días bien gestionados para disfrutarla de manera más completa, y si deseas sumergirte en su esencia con calma, lo ideal serían 3 o 4 días.
Si dispones de 3 o 4 días, tendrás tiempo suficiente para explorar con calma los lugares de interés, pero también para perderte por las callejuelas laberínticas de la Medina, interactuar con los locales, disfrutar de la deliciosa gastronomía marroquí en los mercados callejeros y sumergirte en la auténtica vida cotidiana de Marrakech.
Para que os sirva de referencia, aquí os presentamos algunos lugares imprescindibles en vuestro viaje a Marrakech. Desde la icónica plaza de Jemaa el Fna, con su animada actividad y sus puestos de comida ambulante que os transportarán a un mundo de sabores exóticos y aromas especiados. Hasta los majestuosos palacios y jardines, como el Palacio de la Bahía o los Jardines de Majorelle, donde podréis sumergiros en la belleza de la arquitectura y la naturaleza en perfecta armonía.
No olvidéis adentraros en la Medina, la ciudad antigua, con sus callejuelas estrechas y laberínticas que os llevarán a descubrir pequeños talleres de artesanos, mercados tradicionales y rincones con siglos de historia. No os perdáis la impresionante Mezquita de la Koutoubia, con su distintivo minarete que se alza majestuosamente sobre la ciudad.
La Mezquita Koutoubia
Es un verdadero icono de Marrakech, siendo la más importante y una de las más grandes del Occidente musulmán. Su imponente minarete, que se eleva a casi 70 metros de altura, domina el horizonte de la ciudad y se convierte en el eje central de su paisaje urbano. De hecho, es el edificio más alto de toda Marrakech y está prohibido construir cualquier otro que lo supere, lo que demuestra su importancia y significado para la ciudad.
La construcción de la Koutoubia se remonta a la época del gobernante Abd el Mou, pero fue su hijo pequeño, Yacoub El Mansour, quien la completó entre los años 1184 y 1189. Su nombre, Koutoubia, proviene de “kutubiyyun”, que significa “libros”, en referencia a un antiguo zoco de libros que solía existir en sus alrededores. Por esta razón, también se conoce como la Mezquita de los Libreros.
Los Jardines de la Menara
Estos jardines son un lugar popular para las familias de marrakechíes, que vienen aquí para relajarse y disfrutar del tiempo en familia lejos del bullicio de la ciudad. Se encuentran en el extremo sur, a unos 45 minutos a pie de la plaza Jemaa el Fna. Los jardines están rodeados por un inmenso cercado de 3 km de longitud y 1,5 km de anchura, poblado principalmente por árboles frutales y olivos, así como un gran estanque artificial.
Los Jardines de la Menara fueron construidos durante el siglo XII por los almohades, quienes desarrollaron un sofisticado sistema para traer agua del deshielo del Atlas a través de canales subterráneos para regar los olivares y huertos. En el siglo XIX, fueron acondicionados por orden de Moulay Abd er Rahman (1822-1859) para su uso actual.
El Palacio El Badi
Se encuentra a pocos metros de la famosa plaza Jemaa el Fna en Marrakech. Fue construido a finales del siglo XVI por el sultán Ahmed al-Mansour, apenas cinco meses después de su victoria sobre las tropas portuguesas en la famosa Batalla de los Tres Reyes el 4 de agosto de 1578. El sultán tenía la visión de crear el palacio más lujoso y grandioso jamás visto, de ahí proviene su nombre “El Badi”, que significa “El Incomparable”.
Aunque actualmente el Palacio El Badi se encuentra en ruinas, aún se pueden visitar sus amplias explanadas repletas de naranjos y los muros de la antigua edificación, desde donde se pueden disfrutar de hermosas vistas de la ciudad y sus alrededores. A pesar de su estado de deterioro, el Palacio El Badi es un lugar cargado de historia y merece ser incluido en la lista de lugares para visitar en Marrakech.
Plaza de Jemaa el Fna
La Plaza es mucho más que una simple plaza, es el corazón latiente de Marrakech, un lugar que captura la verdadera esencia de la vida y la cultura de esta ciudad. Es un espacio mágico, tanto para los locales como para los visitantes, que ofrece una experiencia única e inolvidable.
Durante el día, la plaza se llena de vida con puestos de zumo de naranja, donde se pueden saborear refrescantes jugos en medio del bullicio. Los alrededores están llenos de personajes pintorescos, desde malabaristas y encantadores de serpientes, hasta monos adiestrados para posar en las fotos de los turistas y cuentacuentos que cautivan con sus historias fascinantes. Es un verdadero espectáculo para los sentidos.
Pero es al caer la tarde cuando la Plaza de Jemaa el Fna alcanza su apoteosis. Los aromas de las delicias culinarias llenan el aire, y cientos de restaurantes populares comienzan a ofrecer sus especialidades marroquíes. El sonido de la música en vivo y la animación de la plaza crean una atmósfera mágica que te sumerge en la verdadera vida nocturna de Marrakech.
Las Murallas y puertas
Las murallas de Marrakech son conocidas por su singularidad, ya que cambian de tonos de color según el tiempo y la luz del día. Desde el amarillo pálido al rojo ocre, las murallas muestran una paleta de colores que varía a lo largo del día, creando un espectáculo visual fascinante. Estas murallas han sido testigos de la historia de la ciudad, desde su construcción en el siglo XII hasta el presente, y han resistido el paso del tiempo con su distintiva belleza.
Una característica notable de las murallas de Marrakech son las nueve puertas que las atraviesan. Cada una de estas puertas tiene su propio nombre y su propia historia. Algunas de las puertas más famosas son la Bab Agnaou, la Bab Bou Jeloud y la Bab el Khemis. Estas puertas son verdaderas joyas arquitectónicas, con intrincados diseños tallados en madera y metal, y a menudo están decoradas con azulejos y cerámica típica de la región. Estas puertas no solo son un elemento de acceso a la Medina, sino que también tienen un significado simbólico. Históricamente, las puertas de la ciudad eran puntos estratégicos de defensa y control, y eran custodiadas por soldados para garantizar la seguridad de la ciudad. Hoy en día, las puertas de Marrakech siguen siendo un símbolo de la riqueza cultural e histórica de la ciudad, y son puntos de referencia importantes en la navegación por la Medina.
Koubba Ba’Adiyn
La Koubba el-Badiyin, también conocida como Qubba Ba’Adiyn o Koubba almorávide, es un pequeño edificio en forma de cúpula que ha sido recientemente restaurado. Se remonta a principios del siglo XII y fue construido por Ali Ben Yussef, el segundo rey almorávide. Lo que la hace verdaderamente especial es que es el único ejemplo restante de arquitectura almorávide en Marruecos y es considerada la fundadora de Marrakech. Además, esta pequeña joya arquitectónica es un testimonio del avanzado sistema de aprovisionamiento de agua de los almorávides para abastecer a la ciudad.
Dar Si Said
Es un impresionante palacio situado cerca del Palacio de Bahía en Marrakech, construido a mediados del siglo XIX por orden del visir Ahmed Ben Moussar y los mismos artesanos que trabajaron en el Palacio de Bahia. Este palacio es conocido por ser uno de los más hermosos de Marrakech y en la actualidad alberga el Museo de las Artes Marroquíes.
La visita a Dar Si Said es una verdadera inmersión en la artesanía marroquí. Además de poder apreciar su exquisita arquitectura y decoración, los visitantes pueden disfrutar de obras maestras del arte marroquí, como alfombras, piezas de madera, joyas, tejidos y muchas otras creaciones. Cada rincón del palacio cuenta una historia y revela la riqueza y la diversidad del patrimonio cultural marroquí.
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Fotografías cortesía de: Turismo Marruecos
