Es el Director Senior de Video en Condé Nast Entertainment, la misma corporación que contiene en su portafolio nombres como Vogue, Vanity Fair, The New Yorker, Wired, GQ, Allure, Architectural Digest, Glamour y otros más.

 

 

 

Por delante del lente de la cámara de Daniel Poler (30) han estado Alicia Keys, Jennifer Aniston, Taylor Swift, Emma Stone, Lily Collins, Carolina Herrera, Bella Hadid, Selena Gomez, Bruce Willis, Will Smith, Matthew McConaughey, Lady Gaga, Margot Robbins, Anna Wintour y un largo etcétera.
A este hijo de panameño y venezolana le ha tocado estar en la MET Gala, en los fashion weeks de Nueva York, París y otras capitales, en festivales de cines, en las ceremonias de los premios Oscar, en fin, en todos los escenarios posibles del mundo del espectáculo.
Es el Director Senior de Video en Condé Nast Entertainment,la misma corporación que contiene en su portafolio nombres como Vogue,Vanity Fair,The New YorkerWired,GQ,Allure, Architectural Digest, Glamour y otros más.
Por estos días, el también director, editor y escritor se encuentra en Panamá filmando su primer largometraje de ficción junto a un elenco compuesto, en su mayoría, por actores, actrices y técnicos panameños.
La historia de este, su proyecto personal, está basada en el documental Tuesco, dirigido y escrito por él mismo y que lleva el sello de The New Yorker, la prestigiosa publicación cultural. El documental (18 minutos) se puede ver en el canal de YouTube de The New Yorker.

Sin espacio para el drama
Tuesco (diminutivo de “todo escotillado”, expresión venezolana para decir que todo está muy mal) retrata aspectos cotidianos de la vida familiar de Jonathan Benaim, un chico que, debido a la negligencia de una enfermera ocurrida pocos días después de nacer, debe utilizar silla de ruedas. Lejos de victimizar a Benaim, Daniel comunica con humor negro lo que este joven experimenta en su rutina diaria, en su casa, donde vive con tres mujeres, la madre, que le brinda un “amor estricto”, la hermana, que lo cuida, pero también lo suma como cómplice y acompañante en las actividades propias de la juventud y la abuela, quien siempre está pendiente ofreciendo ayuda. El “hombre de la casa” no se priva de nada, va a todos los paseos familiares, ya sea al Casco Viejo, a la playa, va con su hermana al bar, y lleva, dentro de lo posible, una vida normal en donde no hay espacio para el drama.

Ahora, en clave de ficción
Daniel Poler llevará la historia contada en el documental a una ficción en la que Jonathan Benaim, quien además es su mejor amigo, se interpretará a sí mismo.
Este realizador estudió en Savannah College of Arts & Design, donde recibió una doble titulación de cine e historia del arte. Desde sus años de estudiante universitario se involucró en producciones televisivas para el canal Showtime, entre otras, hasta que en 2015 entra a Condé Nast en donde empieza a crear contenido creativo para las marcas de la corporación como, por ejemplo, él es responsable de las 73 preguntas que se le hacen a cada personaje de las portadas de Vogue, un video de una sola toma en la que la cámara se adentra en la casa de las celebridades y, de una manera muy íntima, se les hacen 73 preguntas en off sobre temas curiosos y divertidos.

Este director, cuyos proyectos han recibido Webby Awards y Telly Awards, considera que es el momento de atreverse con una narración más larga y ha elegido ficcionar la historia de su amigo Jonathan Benaim. La propuesta, que se ganó el Fondo de Cine del Ministerio de Cultura de Panamá, busca “desafiar los estigmas de la discapacidad en el cine porque casi siempre se presenta a la persona con discapacidad como víctima o se le tiene lástima”.

Informándose sobre el tema de la discapacidad, Poler ha descubierto que en Panamá hay muchas personas que buscan lo mismo, enfocar el tema desde otra perspectiva, “normalizar lo que todavía mucha gente considera como anormal, al final, la película tiene mucho corazón y, más que a un crew de cine, está uniendo a una familia”.

En cuanto al aspecto técnico de filmar en el país, en Panamá se han encontrado “con una industria en crecimiento que, si se le sigue dando las bases, se podría convertir en una meca o en una central de la industria en Latinoamérica porque lo tiene todo, ciudad, selva, playa, un buen clima, y hay profesionales muy buenos”.