El 14 de marzo, la planta de Porsche en Leipzig fue reconocida como “Fábrica del Año” por la consultora Kearney, en colaboración con la agencia Süddeutscher Verlag Veranstaltungen y la revista especializada Produktion.

El centro de producción de Baja Sajonia del fabricante de automóviles deportivos alemán, convenció al jurado de expertos el pasado otoño, logrando la victoria en el certamen. Casi cien fábricas a nivel mundial han competido por el prestigioso premio internacional de la industria.

Con la “Smart Factory”, Porsche persigue el objetivo de una fábrica interconectada. Se basa en procesos inteligentes, eficientes y que ahorran recursos. Un ejemplo de producción mixta de este tipo con un alto nivel de complejidad es el procedimiento conocido como “boda”. Se trata de la fase principal de la producción automovilística: la unión de los elementos mecánicos con la carrocería. En Leipzig, está diseñada para ofrecer la máxima flexibilidad y hacer posible que discurran por una misma línea vehículos con tres sistemas de propulsión: combustión, híbrido y eléctrico. También se ha integrado un sistema de control basado en cámaras para las baterías de vehículos eléctricos, así como un sistema de medición automático para comprobar la rosca de los tornillos.

Otro ejemplo procede de la línea de pintura, donde anteriormente los empleados revisaban las capas de pintura, mientras que ahora una solución inteligente opera con mayor eficiencia. La detección automática de defectos (AFE por sus siglas en alemán) se implementó en la producción en serie en 2023. En tan solo 70 segundos, dos robots examinan la totalidad de la superficie exterior de la carrocería utilizando un patrón de bandas luminosas. Los reflejos les permiten detectar incluso las imperfecciones más mínimas en aproximadamente 100, 000 imágenes.

Porsche está decidida a reducir su impacto ambiental. El proyecto “Fábrica de Impacto Cero” busca fomentar la economía circular, la biodiversidad y la calidad del aire, entre otros aspectos. Desde 2017, la planta de Leipzig emplea únicamente electricidad de fuentes renovables. Desde 2021, es neutra en carbono.