Líder de la oncena femenina mundialista.
El desempeño masculino y femenino es igual, solo tienen diferentes motivaciones porque la motivación del jugador es más por la cuestión económica y las competencias, que son de mayor auge, pero poco a poco las jugadoras también se han visto motivadas.
Por Lucía Domínguez Fotografías cortesía de FEPAFUT
¡Emocionante! La Selección Mayor Femenina de Panamá estará en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia Nueva Zelanda 2023 como parte del Grupo F junto a Brasil, Jamaica y Francia.
Esta clasificación se dio el pasado 23 de febrero con el gol de cabeza anotado por Lineth Cedeño al equipo de Paraguay en el repechaje disputado en Nueva Zelanda.
Las panameñas llegaron al Mundial de la mano del mexicano Ignacio Quintana (34), director técnico del onceno desde 2021 y quien nos asegura tener “muchas ambiciones”. En las notas de voz que nos manda expresa la satisfacción que siente de haber ayudado a un país a ponerse en el mapa deportivo del fútbol femenino. Y advierte: “No seremos un participante más, seremos un competidor”.
A los panameños que vamos a estar, este julio, sentados frente a la pantalla viendo los partidos nos anuncia que se van a preparar para buscar algunos puntos en esos tres partidos tan complicados que están en el calendario. En general, el fútbol femenino solo va en ascenso. Eso sí, tenemos que ser pacientes, “con el fútbol femenino hay que ser pacientes, que crezca con sus propios errores, las comparaciones no son sanas, no va a ser el mismo camino que el masculino, lo veo equivocándose mucho al fútbol femenino, pero lo veo creciendo cada vez más”.
¿Cuáles fueron esas primeras ideas que transmitió la primera vez que estuvo al frente de la Selección Femenina de Fútbol de Panamá?
Hice énfasis en el comportamiento, ya que tiene un impacto directo en la profesionalización de la jugadora, en cómo nos vamos a comportar fuera del campo y el impacto que tiene eso en el alto rendimiento, fue una de las primeras ideas que tratamos de implementar hacia el equipo de selección mayor y que se fuera, obviamente, contagiando hacia las selecciones menores.
¿Cuáles fueron los principales retos que encontró cuando llegó en 2021 a entrenar la selección femenina de Panamá?
Nos encontramos con un equipo que, si bien es bien talentoso, y lo ha demostrado por muchos años, queríamos mostrarles, abrirles los ojos de cómo podrían sacarle mayor provecho a eso, si cambiábamos esos pequeños detalles, y que se iban a convertir en un detalle todavía mayor si lo hacíamos en un colectivo. Las oportunidades que ellas tenían eran inmensas, eran muy grandes, solamente teníamos que direccionarlas hacia un mejor camino porque el talento ya lo tenían y han tenido un proceso bastante largo donde han podido crecer futbolísticamente.
Usted tiene mucha experiencia entrenando equipos femeninos y también ha entrenado masculinos, ¿hay diferencias entre los géneros al momento de entrenar? ¿Y en el desempeño?
Para entrenarlos no hay ninguna diferencia. Es cierto que hay algunas condiciones físicas que limitan al femenino con respecto al masculino, pero la forma de entrenar es lo mismo; el desempeño lo veo de la misma forma. Tienen diferentes motivaciones. La motivación del jugador es más extrínseca pues solamente existe la profesionalización, la cuestión económica y las competencias de mayor auge que en las femeninas, pero poco a poco se ha visto la forma, FIFA, CONCACAF, las ligas locales han visto la forma de que también las jugadoras se vean motivadas para que nosotros, como entrenadores, podamos motivarlas para alcanzar esos niveles.
Hemos leído que, como entrenador, usted combina muy bien la tecnología con la parte didáctica, ¿de qué manera lo hace?
Ha sido la evolución del fútbol, más bien nos hemos ido adaptando a esa evolución, cada vez es más fácil demostrar cuando algo no está bien; usamos el GPS para el rendimiento y el video para alguna cuestión táctica y algunas otras formas de explicarle a la jugadora cómo hacer mejor las cosas, y algunas otras herramientas que podemos implementar para que la pedagogía de la metodología que tenemos sea más fácil de interpretar.
Ha mencionado que un elemento clave de su éxito es la comunicación entre las jugadoras y los técnicos ¿cómo se da esta comunicación en la selección panameña?
La comunicación entre jugadoras y el cuerpo técnico se ha logrado porque tengo un cuerpo técnico que es multidisciplinario y que entiende muy bien la parte humana de la jugadora y he podido delegar muchas de esas funciones; creo que eso ha ayudado a la comunicación, a que se haya filtrado información de ciertas áreas para que solo llegue a mí la información más importante. Hay grupos que le tienen más confianza a mi asistenta, hay otro grupo que le tiene más confianza a utilería, a fisioterapeutas y por medio de ellos es que me llega la información necesaria. Eso ha ayudado a que la jugadora se sienta cómoda de externar algún tipo de duda o algún comentario y así no chocar constantemente.
Cuando se dirige a un equipo se puede caer en las preferencias por jugadoras de mejor desempeño y expresarlo públicamente, por ejemplo, en los entrenamientos ¿cómo maneja este impulso?
Más que la preferencia, siempre tratar de ponerlas como referencias cuando hay una jugadora que hace bien las cosas, creo que es importante que reciba el reconocimiento por parte del cuerpo técnico y de las jugadoras para que la vean así. Ahora puedo decir que las jugadoras lo ven de esa forma, de inicio sí, claramente, cuando se pone de ejemplo a una jugadora para algo bien hecho, puede ser un poco odioso, puede generar esa competencia interna que no es muy sana, y nosotros tratamos de optimizar eso, que esa envidia que se puede llegar a sentir, que creo es válida, ese celo, se puede corregir desde el trabajo, que si mi compañera es mejor que yo, el cuerpo técnico me está dando las herramientas para poder trabajar y ser igual que ella.
¿Qué papel juegan otros factores como la familia o la fanaticada en el desempeño de las jugadoras?
Es importante, la familia siempre va a ser el soporte, hagamos lo que hagamos, son las únicas personas que siempre van a estar ahí y tratamos de ponerlas como una motivación y la fanaticada pues, es un poco más exigente, es menos objetiva, por momentos; pero es parte del fútbol, estamos siempre en el ojo del huracán y la jugadora tiene que aprender a vivir con ello, tiene que estar más enfocada, pero sabemos que el ruido externo siempre va a tener un impacto. Se habla con ellas, la psicóloga, nosotros, para que cada vez baje el riesgo de que pueda bajar su rendimiento por algún mal comentario.
¿Qué es lo que más le gusta del fútbol?
Viajar. Me apasiona mucho el deporte, me gusta mucho jugarlo, dirigir, entrenar, pero no hay nada como un viaje, es un aprendizaje que te queda de por vida, te marca como persona, y obviamente las competencias que te van sumando mucho a lo profesional, pero viajar es lo que más me gusta, conocer otras culturas y poder compartirla con amigos, cuerpo técnico, jugadoras, que ahora puedo considerarlos de esa forma.
La FEPAFUT logró la equidad salarial de la selección femenina con la masculina, un tema que a nivel mundial aún es debatido, ¿qué motivación vio en las jugadoras luego de este logro?
Es una motivación, también es una exigencia, se les habló muy claro al principio y se les dijo que, si bien es cierto que se iba a buscar esa equidad salarial, también se iba a buscar la equidad en cuanto a la exigencia en el rendimiento. Se acabaron las excusas y esto es algo sano para el fútbol femenino y ahora tendremos cada vez más jugadoras profesionales gracias a eso.