Por Maria Cano Fotografía Federico Galbraith
Es uno de los tres diputados independientes de la Asamblea Legislativa. Su formación profesional, su trayectoria y su gestión política la podemos seguir a través de las redes sociales o a través de los informes que rigurosamente presente a los ciudadanos.
Lo hemos entrevistado para conocer su posición sobre temas de importancia que están sobre el tapete.
La crisis climática es sin duda uno de los retos más urgentes de los países en estos momentos. Recién se ha logrado la aprobación del proyecto de ley de movilidad eléctrica en Panamá, ¿cuáles son las ventajas para el usuario?
La crisis climática es el mayor reto de la humanidad y las consecuencias de la inacción son devastadoras. Soy de la opinión que nuestro país debe ser uno de los líderes mundiales en la lucha contra el cambio climático, pues su crecimiento y desarrollo económico y social dependen de su estabilidad ambiental. Dicho lo anterior, hay tres áreas que considero menester impulsar con carácter de urgencia:
1. Desarrollo de las energías renovables no convencionales;
2. Conservación de nuestros ecosistemas;
3. Transición en el transporte hacia la movilidad eléctrica.
La Ley de Movilidad Eléctrica es un paso clave para acelerar la transición tanto en el transporte como en la energía, mandando un mensaje claro al mercado nacional e internacional sobre la ruta que el país tomará en este sector de tanto impacto.
Algunos puntos relevantes del proyecto aprobado de Movilidad Eléctrica son:
1. Exoneración total del impuesto selectivo al consumo para los vehículos eléctricos;
2. Establecimiento de la placa verde para estos
vehículos, que a su vez gozarán de una
exoneración de su pago por 5 años;
3. Desarrollo de un marco normativo para el sector;
4. Metas de país para la migración progresiva hacia flotas estatales eléctricas, al igual que en el transporte público colectivo y selectivo;
5. Estacionamientos preferenciales para
vehículos eléctricos;
6. Generación de data sobre la transición hacia
la movilidad eléctrica;
7. Creación de modelos de negocios libre para
la comercialización del servicio de carga;
8. Medición de gases de efecto invernadero.
Un vehículo eléctrico no requiere mantenimiento recurrente, ni cambio de piezas; es más seguro y moderno; no hace ruido ni tienen vibraciones; genera un ahorro de combustible, pudiendo cargarse incluso desde la casa; y la generación de emisiones es casi nula, reduciendo la contaminación del aire.
Este sería un salto cuántico hacia una economía circular, que estimule la eficiencia energética, el desarrollo de softwares y nuevas tecnologías. Por último, pero no menos importante, reduce la dependencia del petróleo, acelerando la transición energética hacia las energías renovables. Todos esos millones que gastamos en combustibles podrían permanecer en Panamá al generar nuestra propia energía, creando miles de empleos y oportunidades comerciales. Un dinamizador potente para la economía.
Esta Ley es una política de desarrollo sostenible, pues crea impacto manteniendo el balance entre lo económico, lo social y lo ambiental.
¿Cómo hacer para que el ciudadano común tome consciencia plena de la crisis medio ambiental que azota al planeta?
La educación es la vía, pues para tomar acción sobre un problema lo primero que se necesita es comprenderlo. Ahí está el gran reto. Muchos piensan que beber agua potable, respirar un aire adecuado, producir alimentos y demás beneficios con los que cuenta Panamá son permanentes, cuando en realidad todo podría cambiar drásticamente. Existen diferentes realidades a nivel global.
Educar a gran parte de la ciudadanía parece un reto que tomaría muchísimo tiempo. Sin embargo, estoy convencido que, si existe voluntad a escala multisectorial, se logra. Por ejemplo, cuando dimos inicio en el 2018 a la campaña #SinCarrizoPorfa se veía muy incierto lograr impactar a miles de comercios y consumidores con respecto a evitar carrizos plásticos, mucho más difícil pensar en salir de los plásticos de un solo uso. Una campaña ciudadana iniciada en redes sociales logró potenciarse muchísimo más gracias al trabajo en equipo entre grupos ambientalistas, comercios, medios de comunicación y demás actores, logrando la disminución del consumo de carrizos de plástico, que eran la única opción en ese momento (mientras ahora vemos los carrizos reutilizables, los de papel, de bambú). Recuerdo que personas adultas, de diversos estratos sociales, se me acercaban y me compartían que sus hijos les pedían no usar carrizos de plástico. Me animó mucho.
Dicha campaña fue la antesala de la Ley que reduce los plásticos de un solo uso, que además de convertir a nuestro país en pionero en la región, sirvió de base para la Ley Modelo que impulsamos y logramos su aprobación ante el Parlamento Latinoamericano (PARLATINO). No me quedan dudas de que la educación es la vía más sostenible para crear sociedades prósperas.
¿Por qué los jóvenes sienten apatía al participar de la política?
La política en Panamá ha sido tradicionalmente asociada a la mentira, hipocresía, farsa, clientelismo, etc. Nada alentador para que jóvenes que inician su vida se animen a participar. Actualmente existen barreras económicas y una monopolización de los espacios políticos dentro de los partidos, desincentivando la participación real de las nuevas generaciones dentro de sus colectivos.
Conceptos como residuo, medio cociente y cociente no son comprendidos por la mayoría de los jóvenes. Sin embargo, hoy son más jóvenes involucrados directa o indirectamente en la política y eso es un avance. Cuando uno ve un problema, no siempre debe esperar a que otro (el gobierno) lo resuelva. A uno le toca involucrarse y aportar.
Panamá cuenta con la primera Bancada Independiente de su historia, un bloque parlamentario conformado en su mayoría por liderazgos jóvenes.
¿Cómo te decidiste a correr para diputado?
Desde muy joven obtuve oportunidades académicas por mérito, que poco a poco me encaminaron al mundo político, siendo el ecologismo mi principal causa desde hace una década.
Mi primer contacto con la política fue como presidente estudiantil de la Facultad de Derecho de la universidad. Mi principal propuesta política fue impulsar una cultura ecológica. Fundé el grupo ambiental universitario Ecousma y la organización EcoÉxito, desde donde impulsamos el reciclaje en diversos puntos de la ciudad e hicimos campañas de conciencia como #SinCarrizoPorfa.
A mis 23 años incursioné en la política nacional como diputado suplente. Complementé mi formación en derecho y preparación cuando estudié políticas públicas con una beca al mérito del Gobierno Británico, y posteriormente tuve la oportunidad de complementar mi formación con intercambios profesionales en lugares como Singapur, que me mostraron que el servicio público puede ser de calidad con una buena educación.
Al regresar a Panamá me había planteado tres opciones: emprender un negocio ambiental, estudiar una tercera maestría en el extranjero o postularme para diputado.
Renuncié a una beca tras decantarme por asumir el reto de ir a las elecciones y continuar mi carrera política e impulsar la ‘Política de Causas’, proponiéndome como causa principal avanzar la agenda ambiental de Panamá.
A dos años y medio de gestión, puedo comentar con satisfacción que Panamá hoy cuenta con leyes ambientales de impacto, tales como la Ley de incentivos fiscales al reciclaje industrial; la Ley que reduce los plásticos de un solo uso; el proyecto aprobado de Movilidad Eléctrica y la Ley de reducción de papel en el sector público, que ha ahorrado al Estado más de $11 millones desde su aprobación, según datos proporcionados por la Autoridad de Innovación Gubernamental.
¿Continuarás en la carrera política? ¿Aspiras a la Presidencia de la República?
He dedicado años de mi vida en formación para una carrera donde no se debe improvisar. He tenido experiencias desde muy joven que me han ayudado a crecer y a conocer la política desde diversas aristas.
El conocimiento, las experiencias, los contactos y los recursos aprendidos los continuaré poniendo a disposición del país desde donde sienta que pueda crear impacto. Donde sea que esté, daré lo mejor de mí. En este momento aspiro a continuar escalando mis causas y ayudando a empoderar a una nueva generación de jóvenes dispuestos a elevar el estándar de la clase política.
¿Qué es lo más importante que has aprendido en el tiempo que tienes en la Asamblea Nacional?
Lo más importante que he aprendido es que sí es posible mejorar el país, pero los grandes cambios no se hacen en un pestañeo. Toman tiempo y dedicación, sobre todo en el sector público. Pero advierto, para lograr cambios hay que perseverar y realmente tener la determinación para ello. Es necesario estar enfocado y no perder tiempo en la superficialidad que acompaña la política.
La política expirada es sólo discursos y ‘show’, donde presentan iniciativas de Ley que suenan bien pero cuando las lees, tienen cero sustancia, no son aplicables. Es preferible trabajar en un buen proyecto, que tenga impacto, que presentar una decena de proyectos que son meras declaraciones, que saben de antemano que no cambiará nada.
Además, si queremos cambiar el país necesitamos unirlo pese a las diferencias políticas, pero siendo auténticos, no con máscaras según el entorno. Esa unión es posible con liderazgos de consenso, con motivaciones intrínsecas genuinas, con propósito y coherencia. He crecido muchísimo con esta experiencia, no he dejado de aprender.
En tu gestión como diputado has nadado contra la corriente, ¿te has sentido en ocasiones desanimado? ¿Cómo te inyectas de ánimos para seguir?
Mis causas me mueven. Son un objetivo superior que me ayuda a mantener el enfoque. Hay momentos donde me he sentido solo contra el mundo, pero soy un hombre de fe y esa espiritualidad me reconforta ante cualquier desafío terrenal. No es la primera ocasión en que me he sentido así. En cada etapa de mi carrera he tenido momentos buenos y momentos difíciles. Por ejemplo, participar en una elección sin contar con un partido, sin padrinos, sin dinero, fue todo un reto. Cuando miro hacia atrás y veo los avances, veo el apoyo de cientos de personas que me contactan, veo jóvenes inspirados y motivados a participar, me convenzo de que nada es en vano.
¿Qué es lo peor de la reforma electoral que están proponiendo?
Lo peor de la reforma electoral es que no cambia nada. Es tiempo y recursos perdidos, modificando de todo pero a la vez manteniendo intacto lo que realmente mejoraría la política.
Los topes de campañas se mantienen igual, el fuero penal electoral se mantiene igual, la injusta fórmula de elección de diputados en circuitos plurinominales se mantiene igual, la paridad se mantiene igual. Incluso veo un retroceso, como lo es el aumento al tiempo de campaña. Más tiempo de campaña, más gasto. Es una reforma bastante superficial, sin cambios sustanciales.
En la Comisión de Presupuesto ¿podrías afirmar que una golondrina no hace verano?
Es conocido que he tenido batallas álgidas en la Asamblea, y la Comisión de Presupuesto no ha sido la excepción. Quizás no he cambiado todo, pero puedo decir que mi presencia ha sido provechosa por diversas razones. Por ejemplo, varios ministros y directores de entidades han dado seguimiento a la Comisión y me contactan antes de pasar, pues saben que me tomo el trabajo en serio y, mientras esté ahí, no será un mero trámite en el que pasarán desapercibidos. Hago todos los cuestionamientos que tenga que hacer, pues se trata de una de las herramientas más importantes para cambiar el país. El dinero público lo pagamos con impuestos.
Otro ejemplo, me propuse incidir en el aumento de presupuestos a varias áreas que considero clave: educación, justicia, ciencia. De la lista de instituciones que sugerí, logré la mayoría, entre estas: el Órgano Judicial, el Ministerio Público, Senacyt, Aduanas, Gorgas. Adicional a lo anterior, he expuesto una serie de datos y realidades presupuestarias que han ayudado a informar a la ciudadanía e incluso varios se han involucrado. He logrado contar con una decena de personas que de manera voluntaria estuvieron examinando el presupuesto junto a mi equipo. Quizás sea muy difícil cambiar las cosas radicalmente y de manera expedita, pero si tu esfuerzo ayudó a que estén mejor que cuando entraste, entonces valió la pena.
¿Con qué argumentos defienden el proyecto de reglamento interno de la Asamblea Nacional?
En mi opinión, los puntos más importantes son los siguientes:
Votación digital, donde se registre y publique cómo vota cada diputado. Actualmente se está aplicando y eso es positivo, pero debe estar incluido en la Ley de manera que no quede a merced de la voluntad del presidente de turno.
Ahorro de papel.
Eliminación de los privilegios existentes.
Presentación de informes mensuales sobre la labor de cada diputado.
Dejar muy claro lo relacionado a las licencias. El que falta, no cobra.
Después de haber visto cómo se maneja la clase política, ¿consideras que el ciudadano aún posee un poder ejerciendo su derecho al voto?
Totalmente. El ciudadano desconoce el poder que tiene. Debemos empoderar e instruir a la población para que utilicen el voto como una herramienta de cambio e incidencia social. El poder lo tienen los ciudadanos.
Los ciudadanos se sienten defraudados y desconfiados con la clase política ¿qué factores tienen que cambiar para que en el país se den cambios sustanciales que repercutan en el bienestar de todos los panameños?
Todo va ligado a la educación, tanto la del político como la del ciudadano. Mejorar la educación debe ser una prioridad de Estado. La relación entre políticos y electorales podría compararla a la relación oferta y demanda. Cuando nuestra población esté mejor educada, la oferta de políticos priorizará los temas que realmente tienen relevancia. Actualmente contamos con serias deficiencias en la educación, tanto pública como privada, salvo algunas excepciones.
El mundo cada día está más interconectado. Hoy una persona puede trabajar desde cualquier parte del mundo, por lo que la competencia será más férrea. Por otra parte, la tecnología seguirá desplazando mano de obra existente, y si no avanza la educación, será difícil las re inserción en el mercado laboral. Hoy en día unos cuantos bribones se aprovechan de miles de personas que por ignorancia y necesidad, venden su conciencia y votos por migajas.
En conclusión, una sociedad mejor educada elegirá mejores políticos.
¿Cuáles son los principales potenciales que posee nuestro país para su desarrollo?
Nuestro país es privilegiado. Además de ventajas conocidas como nuestra posición geográfica, conectividad, uso del dólar, centro bancario, etc., Panamá cuenta con una riqueza natural única en el mundo, que no se ha visibilizado. Esto incluye nuestra biodiversidad de flora y fauna, cuencas hidrográficas, clima y condiciones favorables para la generación de energía (cuya demanda aumentará vertiginosamente en los próximos años). El turismo tiene gran potencial, sobre todo el ecológico y no se le ha sacado provecho.
Por otra parte, la estabilidad política y social ha sido clave para atraer inversión, siendo una ventaja con respecto a la región que se ha visto muy inestable. Por esa razón no podemos corrernos el riesgo de poner en juego dicha estabilidad, que en este momento la considero amenazada por el alto costo de la vida, el desempleo, la informalidad y el desequilibrio en el sistema de pensiones.