Fotografía: Cortesía Dale Carnegie / Master1305 (Freepik)
Entre más se repite una idea, más posibilidades existen de que se vuelva tendencia. Y ahora, con las plataformas digitales, las tendencias se multiplican de manera más rápida y alcanza mayores audiencias.
Esta es la idea: Cuando un empleado se siente respetado y goza de igualdad de oportunidades para ascender sin importar su raza, género, preferencia sexual, nacionalidad o posición social, generará mayores beneficios a su empresa.
Las organizaciones que se dedican a capacitar a los colaboradores de las empresas están apuntando a que se instaure esta cultura para beneficio de ambos, tanto del colaborador como de la empresa.
Entrevistamos a Catherine Nouel, Global Carnegie Master y directora de entrenamientos de Dale Carnegie Panamá, una organización que se especializa en la formación en liderazgo, comunicación, relaciones humanas y ventas.
En Dale Carnegie están enfocados en una palabra que es clave y que ha tomado mayor fuerza en los últimos años: inclusión.
¿De qué manera los capacitadores se están enfocando en fomentar la inclusión y la diversidad en las empresas?
La diversidad no se puede forzar ni fabricar, debe comprenderse y practicarse hasta que impregne nuestra propia cultura. No se trata de una solución de una sola vez, ni puede lograrse con los esfuerzos de unos pocos. La inclusión existe solo cuando todos los miembros del equipo trabajan para lograrla todos los días.
En Dale Carnegie nos apoyamos en nuestra metodología única que trabaja la actitud como motor de arranque para la adquisición de nueva información y conocimiento, así como la práctica con coaching como piezas claves para lograr un cambio sostenible y el desarrollo de hábitos perdurables.
Justamente trabajando de esta manera, en cada una de nuestras capacitaciones facilitamos el camino a las organizaciones para crear verdaderas culturas de inclusión a través del desarrollo de valores y nuevas habilidades en su gente.
La inclusión requiere que hagamos crecer nuestra auto-confianza, que nos interesemos genuinamente por los otros, que seamos capaces de ver y aceptar nuestras diferencias, y que aprendamos las competencias culturales necesarias para sostener el cambio exterior.
Nuestros capacitadores se basan en la sabiduría y universalidad de los principios de Dale Carnegie para trabajar con los participantes sus creencias y formas de pensar, así como los comportamientos que los llevarán a fortalecer las relaciones, incrementar la cooperación y el respeto dentro de una fuerza laboral diversa.
¿En qué aspectos claves hace énfasis Dale Carnegie Panamá para que a través de sus facilitadores las empresas valoren sus talentos sin discriminación?
Como organización global, somos una red compuesta por muchas personas de diferentes culturas que sirven como la cara de Dale Carnegie para nuestros clientes en todo el mundo. Pero, a pesar de nuestras diferencias, nos consideramos como “One Carnegie” y todos representamos los mismos valores y perseguimos la misma meta global.
“One Carnegie” se basa en el respeto y es algo que cada uno de nosotros nos demostramos, independientemente de nuestro papel en la red, todos los días.
Así que, basándonos en nuestro propio ejemplo, el objetivo de este comité es reforzar estos valores de diversidad e inclusión, que siempre han sido parte de nuestro ADN, en todos nuestros formadores alrededor del mundo y continuar dándoles las herramientas necesarias, así como nuevos programas y talleres especializados en trabajar específicamente estos temas.
Principios de Dale Carnegie en los que están basados nuestros programas y nuestra metodología como el #1 “No critique, no condene, ni se queje” o el # 17 “Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona”, son bases fundamentales que llevan nuestros facilitadores a las organizaciones y empresas para ayudarlas a construir una verdadera cultura de inclusión, que valore y aproveche la diversidad.
Ustedes afirman que en Latinoamérica las culturas son demasiado conservadoras y que por lo tanto la discriminación en las empresas puede existir de manera más profunda, ¿nos podría ampliar este punto? Señalan específicamente la preferencia sexual, el rol de la mujer y la clase social…
Lamentablemente el tema racial sigue siendo motivo de discriminación en muchos países, incluyendo por supuesto a Latinoamérica y, a pesar de los esfuerzos que se han hecho desde las políticas públicas, hasta los movimientos activistas, seguimos viendo este como un caso crítico de discriminación.
En Latinoamérica la realidad no es muy distinta en cuanto a la discriminación racial, sin embargo, por el mestizaje típico de nuestros países puede, algunas veces, pasar desapercibido, pero aún así seguir existiendo.
Y a este problema se les suman otros muy arraigados en Latinoamérica como la discriminación por género, muy evidente y claramente expuesta cuando vemos la disparidad en los salarios entre hombres y mujeres que ocupan los mismos cargos.
Así también, debido a lo ultraconservadora de nuestra cultura, vemos una discriminación importante hacia la comunidad LGBT+.
Tristemente son muchos y muy complejos los problemas de discriminación y falta de inclusión en el mundo y en particular en Latinoamérica, a los que se suman las personas de la tercera edad, obligadas a una jubilación temprana, los migrantes y refugiados que crecen y se hacen más notorios cada día.
En Dale Carnegie creemos firmemente que la solución a estos problemas debe involucrar a todos los componentes de la sociedad y a las organizaciones públicas y privadas para que, a partir de la formación y desarrollo de los individuos en principios de respeto, comunicación, empatía, autoconfianza y liderazgo positivo, ayudemos en la creación de una verdadera cultura de inclusión para todos.
¿A qué atribuye el hecho de que no se hable de forma abierta de esta situación?
En primer lugar, hablar de ello sería aceptar que existe y lamentablemente muchos líderes de empresas a diferente nivel en nuestros países todavía piensan que estos son problemas que sufren otros países y no ven hacia adentro o no quieren ver por temor a lo que puedan encontrar.
Por otro lado, a nadie le gusta hablar de temas incómodos y mucho menos si no cuentas con las herramientas y sientes dudas generadas por la carencia de información o habilidades para comunicar y tratar estos temas.
Las personas no quieren ser malinterpretadas y que sus palabras tengan un impacto negativo, por lo que prefieren algunas veces no hablar al respecto. Todo esto unido a que son muy pocas las organizaciones que cuentan con una estrategia clara en esta materia y por tanto sus voceros no están capacitados para hablar sobre estos temas.
Es justamente por todas estas razones que nuestros programas están diseñados para ayudar a las personas dentro de las organizaciones a:
• Reconocer nuestros prejuicios, tanto conscientes como inconscientes, para hacer todo lo posible por mitigar cualquier efecto negativo que nuestros prejuicios tengan sobre los demás y las organizaciones e instituciones para las que trabajamos
• Desarrollar un mayor nivel de confianza en nosotros mismos para ser honestos en el autoexamen de nuestros propios principios, creencias y metas para nosotros, nuestras organizaciones y nuestras comunidades.
• Utilizar habilidades para comunicarse con empatía, manejar conflictos de manera efectiva, prevenir malentendidos, generar confianza y crear seguridad psicológica
Señalan que debido a la pandemia y haciendo teletrabajo las empresas han tenido que enfrentar retos pero también ha sido una oportunidad para que “cuenten con talento diverso, sin importar distancias territoriales ni otras barreras preexistentes”?. ¿Qué tanto se ha dado de esta manera? ¿Considera que esta nueva manera de trabajar podría promover la inclusión laboral?
La situación atípica y repentina de la pandemia aceleró el proceso de cambio en el modelo de trabajo a distancia, que ya comenzaba a ser una tendencia en el mundo.
Este modelo representa muchos retos, así como beneficios y estos han sido publicados por muchos estudios, incluso mucho antes del año 2020. Entre los beneficios que presentan estos estudios se habla de la posibilidad de tener acceso a talento sin importar su ubicación geográfica y eso por supuesto incluye países con culturas y orígenes muy distintos.
El teletrabajo también presenta el hecho de que gran parte del trabajo se hace por medio de herramientas de trabajo colaborativas donde poca o ninguna vez las personas se ven a la cara o incluso hablan por voz. Es decir, que gran parte del insumo para mi trabajo proviene de una persona que para mí no tiene color, raza, procedencia, género, ni apariencia física determinada, solo puedo valorarla por su capacidad de respuesta, creatividad, solución de problemas y más. Es decir, por tu talento y desempeño, más allá de ningún prejuicio. Y esto por supuesto es maravilloso.
La exclusión y la discriminación proviene muchas veces del miedo a lo desconocido, por lo cual la posibilidad que da el teletrabajo de ampliar nuestros límites y tratar a diario con personas diversas, en mi opinión, nos da la oportunidad de perder el miedo y hacer conocido lo desconocido.
En nuestro nuevo programa especializado llamado Diversidad e inclusión: Conciencia y competencia, trabajamos con los participantes de las empresas para hacerlos más conscientes, desarrollando la capacidad de reconocer y apreciar los matices de la cultura, las personalidades, las creencias y las experiencias previas de nosotros mismos y otros en nuestras organizaciones y también en nuestra vida personal.