Fotografía: Kamran Aydinov
Cada vez que empieza un año, uno de los propósitos más frecuentes en nuestra lista es la de alimentarnos mejor. Cambiar nuestro estilo de vida, hacer más actividad física, comer más vegetales, menos grasa, menos sal, consumir menos comida procesada y cero azúcar. Arrancamos el año con todas estas intenciones en mente.
Hay quienes se privan en su totalidad de comer un postre ¡ni siquiera para su cumpleaños lo hacen! La verdad es que tienen mucha fuerza de voluntad.
Lo bueno es que actualmente hay muchas opciones para comer rico y sin azúcar, las recetas abundan en la internet y en la redes sociales aún más.
Tener acceso a la información no es el problema. Todos tenemos al alcance de nuestras manos una variedad de alternativas de comida que no contienen azúcar procesada.
Tenemos que preguntarnos: ¿Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando consumimos mucha azúcar? ¿Son reversibles esos efectos?
En una entrevista realizada en la revista Martha Steward al Doctor Michael Hall nos señala que, inmeditamente después de consumir una gran cantidad de azúcar, nos puede suceder uno de estos dos efectos adversos: que nos sintamos muy animados o muy cansados.
Es el efecto clásico de un alza de azúcar, seguido por el bajón en el cuerpo. También son frecuentes los dolores de cabeza debido a la inflamación inducida por el azúcar.
Si nos mantenemos consumiendo grandes cantidades de azúcar por mucho tiempo, las consecuencias seguro serán más preocupantes ya que estamos hablando de obesidad y de problemas de metabolismo. “La sacarosa, la fructosa y la glucosa son azúcares y todo el azúcar actúa para hacer que el páncreas libere insulina, lo que hace que las células beta que la producen se consuman más rápidamente”, explica el Dr. Hall.
Lo que produce adentro
La diabetes es uno de los problemas de salud más conocidos relacionados con el consumo de azúcar. Se piensa que la diabetes tipo 2 (a diferencia de la de tipo 1) es parcialmente causada por el consumo excesivo de azúcar, pero, lo cierto es que en esta enfermedad también influyen componentes genéticos. “El consumo excesivo de azúcar, sobre todo de azúcar refinado (y especialmente de azúcar blanco), provoca un pico de insulina en la sangre y, con el tiempo, perjudica al organismo en su conjunto”, señala el especialista, quien añade que “el azúcar es una molécula grande y si no puede entrar en la célula para ser utilizada como energía, se acumula en la sangre”.
¿Y afuera qué?
Ya explicamos cómo se comporta el organismo a lo interno cuando recibe altas dosis de azúcar. Pero en el exterior también se verá reflejado este consumo desmedido.
Empecemos por un factor clave de nuestra imagen como la sonrisa: la azúcar produce problemas dentales como las caries. Y algo peor que arruina el rostro, el acné. Y por si fuera poco, el azúcar conduce a un aumento de peso, lo que puede tener implicaciones más profundas para la salud en el futuro.
Poquito a poquito
Para no tener todas estas complicaciones lo mejor es ser moderados. Ya saben, más vale prevenir que lamentar.
Estamos en una época incierta en temas de salud por lo tanto es conveniente cuidarnos desde todos los frentes, empezando por neustra alimentación.
Para el Dr. Hall “el azúcar es una droga” y “casi todas las meriendas y bebidas contienen una buena cantidad de este ingrediente”.
El azúcar puede dañar el sistema inmunológico y en estos momentos es justamente el que debemos fortalecer.
En opinión de este médico, la lactosa es un azúcar que se encuentra en la leche y puede provocar secreciones adicionales en los pulmones, por lo que recomienda evitarla en estos momentos.