Por Lucía Domínguez Fotografías Federico Galbraith
Digo lo que pienso y hago lo que digo”, manifiesta en su perfil de Twitter. Además, afirma que es una “mamá orgullosa, politóloga, periodista, productora de Héroes por Panamá y de Radar”. Es Sabrina Bacal, quien se ha destacado por ser una comunicadora moderada, que pesa los temas nacionales sobre la justa balanza que requiere el periodismo de altura.
En su trayectoria se ha desempeñado como Jefa del Departamento de TVN Noticias; primero como Directora de Noticias y después como VicePresidenta de Servicios Informativos. Actualmente, es Presidenta del Consejo Nacional de Periodismo (CNP). Desde hace siete años la vemos cada domingo moderando Radar, el programa de opinión en el que, juntos con sus invitados, analiza la realidad nacional desde distintos puntos de vista.
En esta oportunidad, quien suele hacer las preguntas es la entrevistada. Bacal nos ofrece su punto de vista sobre las realidades que ha exacerbado la pandemia en nuestro país y cuál es el papel fundamental tanto de gobernantes como de la sociedad civil en el devenir nacional post-Covid.
Has ganado la preferencia del público dirigiendo Radar con argumentos sustentados en hechos y con un balanceado criterio en la selección de los panelistas, ¿cómo valoras esta experiencia?
Yo siempre estuve detrás de cámaras como Directora de Noticias y Radar fue mi primera experiencia delante de cámaras. Aunque mi personalidad, mis fortalezas y mi formación académica se ajustan mucho más a lo primero, tengo que decir que las satisfacciones de poder conectar con tantas personas a través de Radar han sido enormes y me han hecho crecer en el camino. Aunque no lo crean – y siete años después de haber empezado – todavía me pongo nerviosa en cada grabación. Me siento más cómoda escribiendo que hablando, pero creo que la aceptación del público se debe a que los televidentes perciben que soy yo misma, que no estoy impostando un tono, ni utilizando un lenguaje que no es el mío. Las personas perciben la autenticidad.
En cuanto a la selección de invitados, trato de que el criterio sea el valor agregado que puede dar un panelista al tema del momento. Prefiero el conocimiento a la polémica, porque creo que en tiempos de tanta incertidumbre los medios tenemos una labor docente. La pandemia ha sido un reto en varios sentidos: Ya no podemos estar todos en una mesa contrastando opiniones, entonces debo tratar de conectar las entrevistas que hago de forma remota con un hilo conductor común. También ha sido un reto encontrar distintos ángulos de análisis de un evento tan devastador, sobre el que hay más preguntas que respuestas, y el cual afecta todos los aspectos de nuestra vida.
Durante la pandemia los medios de comunicación han divulgado varios escándalos de corrupción en Panamá, ¿consideras que la opinión pública ha sido contundente en su repudio a estos actos?
Creo que los ciudadanos han tenido un comportamiento ejemplar para lo difícil, sino imposible, de las circunstancias sanitarias, económicas y sociales. Si el repudio a los escándalos de corrupción no aparenta haber sido suficiente es porque la atención de los panameños ha estado enfocada principalmente en salir adelante, en ver cómo llevan la comida a la casa y se cuidan del virus al mismo tiempo. La indignación ha seguido aumentando conforme continúa el divorcio entre lo que los gobernantes dicen y lo que hacen. Es por eso que medios como The Economist hablan del riesgo de una explosión social en Panamá. Yo considero que ese riesgo es real y está latente.
Durante la crisis, ¿qué consideras que ha hecho bien y qué ha hecho mal el actual gobierno?
El gobierno tuvo un inicio ejemplar del manejo de la crisis, principalmente por la comunicación constante y transparente con los ciudadanos y el apego del MINSA a las recomendaciones científicas. Sin embargo, hay dos puntos de inflexión en los que estos planteamientos iniciales se abandonan en menoscabo de la credibilidad del gobierno. El primero es el escándalo del intento de compra de ventiladores con groseros sobreprecios, y el segundo, la forma como se saca de su cargo a la ministra Rosario Turner. A partir de esos dos momentos el manejo de la crisis ha sido contradictorio y opaco, percepción que solo se ha agravado por los funcionarios que impunemente incumplen las normas que piden a los ciudadanos seguir.
¿Cómo se puede educar al público para que discrimine la información real de la falsa?
Ese es uno de los grandes retos de nuestros tiempos porque el acceso masivo a toda clase de información – y desinformación – que ha traído consigo el internet y las redes sociales requiere que el público aprenda a discernir entre aquellas fuentes confiables y aquellas que no lo son. Se necesita saber diferenciar una fuente creíble y con trayectoria de otra que no lo es, especialmente en situaciones que nos afectan a todos como una pandemia. Así como los periodistas debemos tener sistemas para verificar los datos que nos llegan, el ciudadano de estos tiempos debe tener el criterio para valorar cuán fiable es una fuente o un medio de comunicación.
Después de haber pasado el radar por las voces de muchos conocedores de diversos temas, ¿qué conclusiones sacas sobre las mejores formas de recuperar la economía en Panamá post-coronavirus?
Vamos a convivir con el Covid-19 al menos un año más. Entonces, la primera recomendación es que tenemos que aprender a vivir, a consumir, a trabajar y a producir con el virus andando. Creo que las cuarentenas tan prolongadas le han hecho un inmenso daño a nuestros países, especialmente cuando se hace evidente (como en el caso de Panamá) que la cuarentena no ha sido igual para todos. Esto lo digo tanto por el incumplimiento de las normas sanitarias por parte de aquellos con acceso al poder, como por los miles de panameños que sencillamente no tienen la posibilidad de cumplir con ellas, pues deben salir de sus casas para trabajar. La pandemia ha mostrado los niveles alarmantes de desigualdad socioeconómica y los dobles estándares ante la ley que tenemos en Panamá. Creo que para reconstruir la economía efectivamente, debemos abordar esas dos grandes brechas que amenazan la estabilidad y gobernabilidad.
Tomando en cuenta el papel de la oposición en lo que va de la pandemia y el comportamiento de la opinión pública, ¿cómo se vislumbran las elecciones 2024?
Pienso que es muy temprano para hablar de las elecciones de 2024. Si en unos pocos meses el mundo cambió inesperadamente, es previsible que la realidad y los retos nos sigan sorprendiendo en los próximos meses y años. No obstante, creo que, así como la pandemia ha desnudado las debilidades de nuestro sistema, también ha desenmascarado a muchos de nuestros políticos. En tiempos de dificultades escudriñamos más claramente la fibra moral y la capacidad de las personas. Panamá requiere y merece líderes íntegros, que puedan conjugar lo que dicen con lo que hacen. Vivimos en un mundo donde nada permanece oculto por demasiado tiempo, lo que nos debería tornar más exigentes en la selección de quienes nos representan políticamente.
¿Qué retos tienen las nuevas generaciones de comunicadores ante la responsabilidad de informar y de orientar la opinión pública, en especial durante esta era de redes sociales?
El reto principal es poder dar a tu audiencia un valor agregado a la mera información. Hay excesiva información en el internet, lo que escasea es la capacidad de ponerla en contexto y de explicar la relevancia de la misma para la vida diaria. El otro reto importante en estos tiempos es el de transparentar tus posibles conflictos de intereses o visiones editoriales sobre determinados temas. Ningún periodista o medio es químicamente puro, todos tenemos nuestras opiniones, preferencias y hasta posibles puntos ciegos. Lo importante es ser transparente sobre los mismos.
En tu perfil de redes sociales veo que eres la Productora Ejecutiva de Héroes por Panamá. ¿Cómo nace y que significa para ti este proyecto?
Es un proyecto muy cercano a mi corazón que nació hace 10 años, precisamente en un momento en que me vi obligada a reinventarme profesionalmente. Por las cosas que había vivido, sentí que tenía la necesidad de ver otros ángulos de la realidad pero nunca me imaginé que, además de eso, recuperaría la confianza que había perdido en la gente. En el periodismo muchas veces vemos los lados más oscuros de la realidad, pero este proyecto me ha demostrado que los buenos siempre son más y que Panamá es un país lleno de gente buena. Este será el décimo año consecutivo en que Héroes por Panamá resaltará a esos hombres y mujeres que dan desinteresadamente su tiempo, energía y recursos para ayudar a otros. Este año será realmente importante, ya que la pandemia nos ha puesto a prueba a todos y esperamos poder rendir homenaje a todas aquellas personas que de manera anónima se han sacrificado para que el país salga adelante. Panamá necesita recuperar la esperanza, necesita reinventarse y esperamos que este proyecto haga “su magia” con el país, así como lo hizo conmigo hace ya 10 años.
Tienes 2 hijos que están en edad universitaria. ¿Te gustaría que siguieran tus pasos?
Me gustaría que cada uno de ellos descubra su pasión y la siga, pero en este caso las frutas no han caido muy lejos del árbol. Mi hijo mayor está estudiando Gobierno (Yo estudié Ciencia Politica) y vive muy enterado de todo lo que pasa en el mundo, tanto así, que me pone al día en varios temas de actualidad internacional. A mi hijo menor no le atrae la política, pero tiene un talento natural para escribir y me dijo que le gustaría tomar materias de periodismo. Más que una carrera a seguir, lo que ambos han absorbido en su crianza e incorporado en sus valores, es una visión muy igualitaria y sin los prejuicios del pasado sobre los roles de la mujer y el hombre. También he tratado de enseñarles -con el ejemplo, porque esa es la única manera efectiva de enseñar- que nada que valga la pena se logra sin disciplina y sin una cuota de sacrificio. Soy muy afortunada, ya que mis dos mis hijos son seres humanos extraordinarios y han sido mi fuente de orgullo e inspiración. Sin duda, son mi mayor logro.