Por Lucía Domínguez Fotografías Federico Galbraith

Su ecuación perfecta: Más educación, menos corrupción, Gabriel Silva es uno de los cinco diputados que ganaron la curul a través del voto independiente. Es joven, dinámico, combativo, con un manejo transparente en su gestión y muy activo en redes sociales. Le interesa escuchar a los ciudadanos.
En su página web se presenta de esta manera: “Nací en Pueblo Nuevo, en un hogar de clase media”. Cuenta que su padre trabajaba en cooperativas y en bancos y que la mamá era asistente administrativa.

​Más adelante expresa que como muchos jóvenes del país fue “testigo de las crecientes desigualdades económicas, el alza del costo de vida, los escándalos de corrupción y la impunidad”.
Con una trayectoria impecable como estudiante de Derecho y luego como profesional, decidió incursionar en las lides políticas porque estaba “convencido que la participación de los ciudadanos independientes es fundamental para acabar con la corrupción, la raíz de todos los males de Panamá”.

A los panameños nos cuesta mucho utilizar las palabras “honestidad” y “diputados” en la misma oración, ¿qué piensas de esto?
Estoy en desacuerdo. Muchos sí usan las palabras honestidad y diputados en la misma oración. Por ejemplo, dirán que la honestidad no es una de las virtudes de los diputados o que los diputados no cuentan con honestidad (ja ja).  Broma aparte, quienes lo dicen tienen toda la razón y los comprendo. Históricamente, muchos diputados, y políticos en general, han sido deshonestos. Desde falsas promesas de campaña hasta en el manejo de fondos públicos. Y pienso que es penoso, lamentable y repudio esas actuaciones de los políticos.  Es importante que los panameños exijan honestidad. La presión ciudadana es indispensable para luchar contra la corrupción. También es importante recordar que no todos los funcionarios públicos son deshonestos porque se está creando un estigma en contra del servicio público y necesitamos precisamente gente honesta que sean políticos y funcionarios. Y generalizar puede ahuyentar e intimidar.  

Tu percepción sobre la gestión de los diputados de la Asamblea Nacional previo a asumir el cargo como diputado difiere del concepto que tienes ahora sobre el manejo en ese órgano del Estado?
Definitivamente que ha cambiado, tanto positivamente como negativamente. Positivamente, me he dado cuenta de que hay diputados (no todos) que trabajan bastante. Que están presentes en las
discusiones, participan, se preparan, estudian, apoyan iniciativas, tienen opiniones técnicas, regresan a sus comunidades y más. La Asamblea te permite o trabajar muchísimo y ser productivo o pasar agachado con nulas consecuencias. Negativamente, la incongruencia en el actuar de algunos me ha sorprendido. Algunos se tiran golpes de pecho de defensores de la patria, de las clases populares y de los recursos del Estado, y luego ves cómo votan en contra o no apoyan iniciativas que beneficiarían al país y van en contra de lo que predican. Hay poca consistencia en el actuar y las posturas. La política debe ser vertical en honestidad. 

Con la aprobación de la ley de las becas INNOVA están apostando por el incentivo a la educación sin que interfiera la política sino los méritos, cómo fue el camino para lograr esta aprobación? ¿Y cuál es tu visión sobre el poder de la educación en el desarrollo del país?
Lastimosamente en Panamá la parcialidad y el favoritismo es norma. Lo vemos adentro y afuera del Gobierno. Existe una tendencia muy común de beneficiar a amigos, familiares y allegados. El favoritismo y la parcialidad nos está costando como país. En muchas ocasiones, para avanzar, termina importando a quién conoces y no tu esfuerzo, trabajo, estudio y voluntad.
Eso me molesta porque no todos tienen los mismos contactos y conexiones, y le quita mucho valor a quienes se esfuerzan. Hoy el favoritismo determina muchas cosas, como por ejemplo, quiénes se ganan contratos con el Estado, quiénes consiguen un empleo, quiénes reciben mejor educación, quiénes reciben atención médica de calidad, quiénes reciben una beca y más. El futuro de muchos está condicionado por quiénes conoces.  

El programa de becas INNOVA es un granito de arena que busca mejorar eso al ofrecer becas por mérito, no politizadas, y que no dependan de si conoces o no a un diputado o al presidente. Sin embargo, reconozco que el concepto de mérito es uno complejo ya que no todos empezamos en el mismo lugar, y también hay que trabajar en eso.  
Aspiro a tener un país en donde no importa si tu padre o madre es un banquero, abogado, taxista, doctor, carpintero o político para poder tener una buena educación, salud o empleo.  

Eres uno de los pocos diputados que invita insistentemente a los ciudadanos a opinar sobre temas como el presupuesto nacional, qué tal han respondido las personas a tu invitación?
Junto con mi equipo estamos tratando de cambiar la política por medio de más participación ciudadana, acercando al Diputado a la comunidad y que me vean como un ciudadano común y corriente que trabaja para el país sin lujos, privilegios y alfombras rojas. Por eso recorremos la comunidad constantemente, tenemos una iniciativa que se llama “Conversa con tu Diputado” en donde puedes agendar 20 minutos para conversar conmigo de cualquier tema, y le pedimos opinión y participación a la ciudanía en temas importantes ya sea por redes o presencialmente. 
En la política, así como en la vida, pocas cosas “importantes” se pueden hacer solo. No puedo pretender yo solo reformar la educación, reducir la corrupción o mejorar la economía. Necesito el apoyo de otros diputados, expertos, funcionarios y sobre todo de la ciudadanía. 
Muchos ciudadanos nos han escrito con sus opiniones cuando las hemos pedimos, bien detalladas, prudentes y necesarias. Dos iniciativas que hemos presentado han surgido de estas conversaciones en “Conversa con tu Diputado”: la ley que busca crear las empresas de beneficio social y la ley que busca promover el ciclismo seguro en Panamá.
Sin embargo, debo ser honesto. Hay muchas organizaciones que no vienen a participar a la Asamblea Nacional en discusiones de temas que ocupan a esas mismas organizaciones. Hace falta más participación ciudadana. Pero también los políticos deben dar de su parte y crear los espacios y realmente tomar en consideración las sugerencias y no archivarlas. 

Ya se aprobó la ley de la salud mental. ¿Qué se ha logrado con la aprobación de esta ley?
Históricamente la salud mental se ha tratado como menos importante que la salud física. Incluso antes, y aún en ocasiones, se percibían los problemas de salud mental como problemas que uno debe resolver sólo, poco importantes y hasta con brujería.
Sin embargo, el incremento de los índices de depresión, suicidio, ansiedad y demás trastornos de salud mental y sus consecuencias nos ha obligado a poner la salud mental como un tema prioritario en las agendas públicas.
La salud mental es igual de importante que la salud física. Muchos quizás lo hemos vivido. Podemos estar físicamente muy “saludables” sin embargo, no podemos ni caminar o comer bien por algún trastorno mental. De poco sirve tener un cuerpo saludable sino tenemos la mente sana. Incluso tener una mente sana ayuda a tener un cuerpo sano, ya que estamos más conscientes de los vicios que le hacen mal a nuestro cuerpo. 
El proyecto busca, primero, poner como prioridad la salud mental dentro de los temas de salud. Garantiza la salud mental como un derecho humano, establece medidas de prevención de trastornos mentales y establece una atención de calidad, universal y gratuita para tratar trastornos de salud mental. Las personas con trastornos de salud mental no deben sufrir en silencio y se les debe dar el apoyo necesario. 

En aras de aminorar la brecha digital y las desigualdades, también has presentado un proyecto para brindar internet gratis en todo el territorio nacional. ¿No afectaría los intereses de las empresas privadas que proveen este servicio?
Hoy podemos aprender casi todo lo que queramos por internet. Desde cómo cosechar arroz, hacer pan, abrir una botella de vino sin sacacorchos a matemáticas avanzadas, programación e inteligencia artificial. Sin embargo, no todos pueden acceder a estos conocimientos porque no cuentan con el internet, los equipos y la guía necesaria. 
El proyecto lo presentamos principalmente con un fin educativo, pero también tiene un fin económico. Con internet gratis y los equipos necesarios se facilita el teletrabajo y el emprendimiento. Justamente la pandemia ha resaltado lo importante que es el acceso a internet en nuestras vidas, sin embargo, muchos no tienen acceso a internet porque no llega la señal a sus comunidades o porque no lo pueden pagar. Panamá debe mirar hacia futuro y apostarle a la innovación y la tecnología. 
En cuanto a las empresas privadas que ofrecen los servicios y cómo se verán afectadas, estoy de acuerdo en que no se les debe afectar y que pocos trabajan gratis. Pero es importante recordar que hoy se ofrecen muchos servicios “gratuitos” gracias a la gran variedad de diferentes modelos de negocios que se han desarrollado en los últimos años. Por ejemplo, hoy no pagamos por la radio, por algunos periódicos, por algunos canales de televisión, por las redes sociales e incluso hay proveedores de internet gratuito. Con el modelo de negocio correcto, las empresas no tienen que perder. Es una conversación que estoy dispuesto a tener para ubicar un punto medio.  

La corrupción es un cáncer que afecta la clase política y trae como consecuencia la reducción de recursos destinados para las poblaciones más vulnerables (acceso a la salud, a la educación). Hay que decirlo alto y claro. Gente muere y sufre a causa de la corrupción. La corrupción es una de las causantes de la falta de medicamentos o medicamente caros, de obras de infraestructura deficientes, de una mala educación que limita las oportunidades, de un mal manejo de una pandemia y más. La corrupción no es solo robarse el dinero de los ciudadanos, también es el favoritismo y la parcialidad en el manejo de la cosa pública. Es decir, darle un trabajo en el sector público a una persona no capacitada y simplemente porque es tu amigo, familia o participó en la campaña política, es corrupción. 

Para resolver el problema de la corrupción muchas cosas se deben hacer. Algunas más importantes que otras. Los estudios que he hecho comprueban que los puntos más claves son: servidores públicos imparciales y contratados con base a mérito, un órgano judicial serio e independiente, una buena calidad de educación para todos los panameños, incentivar más la participación ciudadana y reformar diversas leyes que hacen “legal” la corrupción y causan impunidad. Por ejemplo, hoy en Panamá nada limita que yo contrate en mi equipo de trabajo a mi madre, hermano o donante de campaña. Los nombramientos son en su mayoría de a dedo (nosotros hicimos un proceso abierto y transparente con postulaciones). Es injusto, pero también grave porque se puede estar poniendo en una posición clave a una persona que no tienen el conocimiento técnico y eso se traduce en servicios públicos de poca calidad. 

El proyecto de Conflicto de Intereses que presentamos busca eliminar los nombramientos de familiares y donantes de campaña y que los funcionarios se abstengan de tomar decisiones en temas en los que tienen un interés. Por ejemplo, un diputado no debe votar en un proyecto que regula hospitales si es dueño de un hospital. Eso es inaceptable. 

Desde muy joven has estado involucrado en actividades políticas, ¿qué se necesita para despertar la consciencia social de los jóvenes?
Pienso que lo primero es trabajar en uno mismo. Es un cliché, pero en verdad uno debe primero estar bien para ayudar a los demás. Y con esto no me refiero a tener mucha plata o estabilidad. Cuando yo corrí para Diputado vivía con mi madre y tenía pocos ahorros. Lo más importante es tener sumamente claro la razón por la cual te quieres involucrar y que esa razón sea para beneficiar el país y no a ti mismo, a tus allegados o a tu ego. Tengo poco recorrido político, pero he visto mucha gente entrar y estar en política por las razones incorrectas.

Encontrar tu razón de entrar en política requiere un trabajo de reflexión y honestidad importante, que puede ser muy diferente dependiendo de la persona. Para algunos, los sacrificios y perjuicios que han vivido en su vida puede ser el motor para entrar en política. Para otros, pueden ser todo lo opuesto, el privilegio que han tenido y cómo quieren que ese privilegio le llegue a más personas. Ambas son válidas. No hay una respuesta correcta, pero lo importante es reflexionar profundamente y encontrar los motivos correctos antes de involucrarse.Si de verdad uno siente que quiere hacer las cosas bien por el país, y está convencido que la política es la vía, todo lo demás caerá en su lugar. Se perderá el miedo, se estará dispuesto a trabajar 16 horas al día y a tomar los muchos otros sacrificios que tiene el servicio público honesto.  

¿Cuál es tu mayor preocupación relacionada con la recuperación económica post Covid?
Mi mayor preocupación es la recuperación no llegue a la mayoría de los panameños. Mucha gente ha perdido todo, sueños, planes, proyectos, casas e inversiones que no van a poder recuperar, incluso con apoyo gubernamental. Muchos saldrán más fuertes, más creativos, más innovadores y hasta más productivos. Pero muchos, lastimosamente, no lo harán. 
Es un momento importante para replantear cosas esenciales que estaban mal y que ahora estarán peor. Como por ejemplo, la educación. Si algo nos ha enseñado el COVID es que todo puede cambiar rápidamente, y si algo cambia tan rápido para mal, también puede cambiar rápido para bien.