Es la serie que tiene a todos hablando de un tema que, por su naturaleza, adquiere un carácter de indiscreción. Es la realeza inglesa y hay que sacarle todo el jugo a sus relaciones personales, a sus escándalos, a su forma de hablar y de vestir.

O que lo digan Meghan Markle y el Príncipe Harry que salieron prácticamente huyendo de todo ese pesado protocolo.
Con la cuarta temporada de la serie se ha reavivado la figura de Diana, la Princesa de Gales, que aún permanece en el recuerdo de millones de fanáticos en todo el mundo.

La serie de Netflix pone el dedo en la llaga de la familia real, descubriendo perversiones, manipulaciones e hipocrecías que se dieron – o se dan – en este círculo, con la anuencia de personalidades públicas que, por lo general, reciben vítores del pueblo. En fin, recordemos que se trata de una serie de ficción y no es un documental, aunque, al final de ciertos capítulos, nos presentan la leyenda con los datos históricos reales que le dan contexto al argumento.

La moda. Lo que visten las mujeres de la monarquía siempre ha sido un tema de revistas y programas de moda. Con esta temporada de The Crown el mercado ha puesto a disposición las piezas clave del estilo de Lady Di: suéters de lana, faldas, vestidos. Es que la serie no ha escatimado en gastos de producción y reproduce fielmente sus looks más emblemáticos.

La bulimia. Ni para qué ahondar en los problemas de bulimia de la Princesa más querida de todos los tiempos. La serie desnuda los motivos de esta enfermedad tabú de la que se prefiere no hablar y lo hace de manera descarnada. Sin sugerencias, abordan estos temas de manera directa y nos gustaría pensar que con fines didácticos. De hecho, antes de empezar los capítulos advierten sobre las escenas e informan sobre una página web en la que se puede pedir ayuda al respecto.

Relación de pareja. Ríos de tinta han corrido analizando la terrible relación entre Diana y Carlos. Cuando estaba viendo la serie no dejaba de pensar en que los hijos de esta pareja – hoy hombres casados y con hijos – también podrían estar viendo el retrato de esta relación tóxica y asfixiante. Todo menos amor y respeto hubo entre los Príncipes de Gales (según la serie) desde el momento en que el heredero de la corona decide casarse con una jovencísima Diana Spencer.

La maternidad. La serie es sobre la Reina Isabel y, en esta temporada, nos subrayan que, en cumplimiento de su deber como monarca, ella no se permitió ser, por ejemplo, una madre cariñosa. El contraste es Diana, quien fue incluso criticada (por Carlos, por supuesto) por querer pasar el mayor tiempo posible con su primogénito y darle todo el amor maternal. Otra mamá importante en la serie es la Primera Ministra Margaret Thatcher, quien en la intimidad puede ser una mamá amorosa, no así en sus decisiones políticas en las que desprecia a los menos favorecidos. A diferencia de la Reina quien descubre que es todo lo opuesto: una monarca que ama a su pueblo pero que es fría y parca con sus propios hijos.

Princesa Margarita. A través de este personaje se nos desvela lo que es capaz de hacer la monarquía por mantener el orden establecido. Sin palabras. Tienen que ver la serie.

Las Malvinas. Todas las guerras son absurdas y esta no fue la excepción. Cuando el imperio británico se enfrenta a Argentina en la disputa por este territorio, la Dama de Hierro ganó terreno político. Pero a lo largo de los capítulos de la cuarta temporada vemos también el descenso de Thatcher y su inútil esfuerzo por aferrarse al poder.

Michael Fagan. Que la serie haya incluido la irrupción de este hombre en la habitación de la mismísima Reina Isabel es un símbolo de lo alejado que viven los monarcas del pueblo. Fagan representa a la clase obrera de los años 80 que estaba asfixiada por las medidas tomadas por Margaret Thatcher y le cuenta sus desdichas a Su Majestad, quien lo escucha con compasión. 

La familia. Al final es una serie sobre una familia que siempre estará en el escrutinio público. Hay quienes son apasionados del tema, otros son indeferentes, pero la propuesta de ficción nos lleva a reflexionar sobre las monarquías y su verdadera función en estos tiempos.