Por Maria Cano
Fotografía: Federico Galbraith

 

Desde hace diez años la hemos visto involucrada en el universo de la moda a través de distintos canales, pero siempre mostrando un estilo auténtico, único y humano, como ella misma lo define. Cada vez que Debbie Kuzniecky llega a un sitio – antes de pandemia, y ahora, cuando poco a poco estamos volviendo a lo presencial – hay que detenerse a ver los detalles de su atuendo: seguramente será inesperado y diferente, muy diferente.

¿Cuéntanos sobre la Cámara de la Moda?
Tenemos muchos años trabajando juntos pro bono (Marisa Midolo, Nadine Edde, Mauricio Herrerabarría y Patricia Pagan’ de Paganis), por amor a la industria, con Fashion Week. Ahora nos hemos unido los cinco y, desde el año pasado, empezamos a conversar sobre la idea de formalizar nuestro trabajo. En parte porque tenemos mucho tiempo haciéndolo, trabajamos bien y sentimos que hacemos un buen equipo, pero también porque hemos visto, año tras año, las necesidades que hay en el mercado. Para la Cámara de la Moda la visión de la industria es que Panamá tiene mucho que ofrecer, más allá de la parte creativa y de diseño, está conectado con eso, y con la industria de la moda como negocio. Hemos visto tantos diseñadores talentosos que no saben cómo llegarle al público internacional, al público panameño, personas que quizás están muy dedicadas a comercializar y no le hayan podido poner más cabeza y corazón a la parte del diseño quizás por miedo o por no saber cómo empezar, o quizás tienen todo bien hecho, pero no saben cómo llegarle al mercado internacional y están todos por su lado.
Existe la asociación de diseñadores, que tiene mucha fuerza, pero es más un gremio. La Cámara es una agencia donde brindamos un servicio personalizado a cada uno de los diseñadores de moda, pero también de diseño industrial, de muebles, de piezas interesantes que tengan un uso más allá de lo visual. Tenemos muchos proyectos, pero la visión principal es llevar la industria de la moda y el diseño de Panamá al mundo y hacerlo crecer como negocio.

La industria de la moda en Panamá ha crecido en los últimos 15 años, ¿qué proyecciones tienen sobre este crecimiento?
Ha crecido un montón, me ha tocado verlo en los diez años que he estado como comunicadora, el crecimiento que ha habido en la industria, no solo a nivel de diseño, sino también de acabados, de la creación de las piezas y de llevarlas al exterior. El mundo en que vivimos, la globalización, cuando podemos ver mucho más fácilmente lo que sucede afuera, el hecho de que tantos chicos y chicas han ido a estudiar a otras partes y se han empapado un poco, con un chip completamente diferente, un chip que va más de la mano con el marketing, con el online marketing, cómo llegarle a un público, lo que quizás los diseñadores de antes, por no vivir en esta época, les costó más aprenderlo. El talento es el mismo, el talento de antes y el de ahora, pero sí es un chip completamente diferente en cuanto a la parte comercial. También es atreverse, porque, si ves que tus diseños son un poco diferentes y de igual manera los vendes, entonces te vas a atrever a mucho más.

Para ti la moda siempre ha sido divertida, ¿qué les dices a esas personas a quienes, por el contrario, la moda es motivo de estrés?
Es un tema interesante. Desde el día uno, para mí, la moda siempre ha sido muy humana. Por eso, cuando empecé con el programa de televisión no me gustaba utilizar modelos, utilizaba gente real, en situaciones reales, mucho de lo que se veía, en ese momento, en YouTube, incluso esto fue antes de Instagram. Desde entonces me gustaba ver a la gente real, común y corriente, con su estilo propio, sin miedo a ser ellos mismos, sin miedo a combinar diferentes cosas y ser auténticos, y eso es algo que siempre me gustó.
Habiendo trabajado en la industria de moda, con tienda y ayudando a vestir a la gente entendía ese miedo, esa necesidad de encajar con un concepto muy americanizado al que estábamos acostumbrados en Panamá, pero definitivamente en los últimos años, por un lado, gracias a las redes sociales y, por otro lado, a pesar de las redes sociales, mucha más gente en Panamá se está atreviendo a crear, vender y a utilizar piezas un poco diferentes.
La moda siempre ha sido una manera de expresarme, vengo de un mundo más tradicional donde viví en uniforme prácticamente toda mi vida, ya que iba a la escuela y después bailaba ballet. Cuando salí al mundo, a la universidad y a trabajar, empecé poco a poco a descubrir quién era yo, qué me motivaba y qué era eso a través de lo cual me expresaba, que era mi vestimenta. Y fue evolucionando tanto así que, hace varios años, me tiene sin cuidado si a alguien le parece feo o bonito, trato de llevar mi estética y mi sentido dentro de lo que es correcto para las circunstancias.
Siempre le digo a la gente que es imperativo que, como seres humanos, entendamos que hay un lugar para todo, que por más que tengas un estilo muy particular, que seas muy auténtico, quizás seas muy avant-garde o muy diferente, hay ciertos momentos en la vida que te llevan a diferentes circunstancias, ya sea por normativa, por cultura, pero siempre y cuando conozcamos el por qué de las cosas, es importante considerarlas.
No le tengo miedo a la moda, para mí es divertida, una manera de expresarme.

Ligada a la pregunta anterior, me parece que tu marca “ESTILO HUMANO” es una manera de decir que cada estilo es válido, personal, único y que no hay que forzarnos a seguir tendencias, sino lucir lo que nos haga sentir cómodos y seguros con nosotros mismos, ¿es así?
Exactamente. Le cambié de PANAMÁ STREET STYLE a ESTILO HUMANO porque, para mí, eso es la moda. No hay nada más humano que lo que nos ponemos en nuestro cuerpo.
Cuando estudiamos la historia de la moda, te das cuenta de la importancia que tenía cubrir nuestro cuerpo, ya sea por el clima, por supervivencia o para poder enviar un mensaje psicológico y social, y eso es lo que significa la indumentaria para mí. Claro, tú le mezclas la parte artística, la parte visual, la parte ornamental, pero la base siempre es muy humana. Siempre he dicho que, si tú eres una persona muy clásica y muy sencilla, ese es tu estilo y es completamente válido, siempre y cuando lo lleves de la mano con lo que es importante para ti, eso es esencial, y hay otros elementos que me gusta considerar, como vestir según tu tipo de cuerpo, según tu colorimetría, según las circunstancias.

¿Te consideras una persona a contracorriente?
Definitivamente tengo una personalidad rebelde. No rebelde de hacer locuras pero, si hay algo que no entiendo o me parece que no es correcto o, si quiero hacer algo que me parece que es correcto y no le hago daño a nadie, definitivamente lo voy a hacer.
Mientras uno va creciendo y madurando va entendiendo las cosas de manera diferente pero, de jovencita, definitivamente era rebelde. Y algo que va de la mano con mi personalidad, puede ser por mi signo, completamente sagitario por todos lados, es que no me gusta hacer lo que todo el mundo está haciendo, me gusta buscar una manera diferente de hacer las cosas, de contar las historias, de hacer mi trabajo, me gusta ser lo más auténtica posible, respeto a quienes quieren estar más en contacto lo que ya se ha hecho o se ha visto por seguridad o miedo al qué dirán pero, en mi caso, disfruto tratando de explorar mis propias barreras.

Con tres niños pequeños, esposo, mascota, y todo el contenido que compartes en redes, ¿cómo son tus días?
Desde el año pasado nos acostumbramos a estar más en casa, me encanta estar en mi casa, trabajar desde mi casa, disfruto mi espacio. Mis hijos recién han empezado a ir a la escuela, cuando estaban en casa era más difícil y obviamente tengo una bebé de 7 meses, pero mi día empieza levantándome muy temprano, antes de las 6:00 a.m., levanto a mis hijos, los alisto para que vayan a la escuela, luego estoy con la bebé como una hora o más y luego paso a esa otra persona y trato de meditar y de hacer journaling, que es escribir lo primero que te viene a la cabeza, es una buena manera de agradecer al universo, de sentirte en paz contigo misma, de poder planificar, después, cuando leo para atrás esos escritos es muy interesante; escucho música clásica, que me hace sentir muy bien y hago ejercicios.
En las tardes, si me toca salir, prefiero hacerlo antes de las 2:00 p.m. porque a esa hora llegan los niños de la escuela y por lo general toca llevarlos a alguna clase, hacer alguna tarea con ellos, así que mis días son bastante llenos, no hay lugar para aburrirse.
Como llevo generando contenidos hace varios años, no se me hace tan difícil. Planifico lo que quiero contar en la semana y voy creándolo en los espacios que tengo libre en el día. Me gustan los contenidos que son reales, muy orgánicos, que sea diferente. En mi caso, me gusta crearlos desde mi casa porque esa es mi vida. Me paso el 80% de mi vida en mi casa.

¿Consideras que después de la pandemia la gente ha cambiado su manera de vestir?
La pandemia cambió muchas cosas. El año pasado veíamos mucho loungewear, optando por un estilo de vida más relajado. Ahora que estamos volviendo a la vida, lo que veo es que todos queremos volver a salir, la gente quiere utilizar su closet nuevamente, utilizar ropa que les haga sentir bien, quieren comprar con propósito, muchos han aprendido a comprar con propósito, nos dimos cuenta de lo que hacía falta y de lo que no en nuestro closet, y eso también es una enseñanza para los diseñadores, dependiendo de qué quieren crear, si quieren crear piezas diferentes, que la gente sienta que tienen algo interesante o piezas que la gente todavía pueda seguir usando en su casa. Lo que sí ha cambiado es que ahora saben qué es importante y qué no, tener piezas que no contaminen el ambiente, elegir marcas que tengan un valor adicional, no es comprar por comprar.
En el 2021 estamos en transición, pienso que el 2022 va a ser interesante, algo que veo con los diseñadores de afuera es que se están atreviendo a ser más individualistas, a no dejarse llevar tanto por las tendencias.

Hoy en día la gente utiliza lo que le gusta, lo que le hace feliz, lo que es cómodo y que sea auténtico. Hoy más que nunca el concepto de estilo humano tiene mucha vigencia.